Luz de España: Sorolla en colecciones americanas

El Museo Meadows en la ciudad de Dallas, es la principal institución estadounidense dedicada al estudio y la presentación del arte español. Actualmente alberga una de las colecciones de arte de aquel país más extensa y completa fuera de España, abarca desde el siglo X hasta el XXI e incluye objetos medievales, esculturas renacentistas y barrocas, así como destacadas pinturas del Siglo de Oro y de los grandes maestros modernos.

Pero, ¿por qué en esta ciudad se encuentra una de las mejores colecciones de arte español? Algur H. Meadows, empresario y filántropo de la ciudad, donó en 1962 su colección de pinturas españolas, así como fondos para la puesta en marcha de un museo, a la Universidad Metodista del Sur (SMU), abriendo al público en 1965, iniciando así su visión de crear “un pequeño Prado para Texas”.

Es por eso que a partir del 17 de septiembre y hasta el 7 de enero de 2024, el museo, presenta al público “Luz de España: Sorolla en colecciones americanas”, uniéndose a la celebración internacional del denominado “Año Sorolla” por el Ministerio de Cultura y Deporte de España, para homenajear al artista en el centenario de su muerte y una clara muestra de apoyo y cariño que evidencia su popularidad dentro de la nación americana.

De las 32 obras expuestas, 27 son de colecciones privadas norteamericanas, cuatro del Museo Meadows y otra de una colección privada española que desde 2019 se encuentra como préstamo temporal en el Museo.

Ver esta publicación en Instagram

Una publicación compartida por The Meadows Museum (@themeadowsmuseum)

Sorolla y su compromiso creativo

Joaquín Sorolla disfrutaba de pintar al aire libre y se dedicó un tiempo a la fotografía, lo que le hizo tener un ojo de composición muy audaz y al mismo tiempo en saber utilizar la luz en sus lienzos, como el eje de sus creaciones. Trabajó incansablemente durante 20 años antes de lograr pintar como él quería, y su obra es el resultado de esa intensa búsqueda.

Sus conocimientos en la fotografía hizo perfeccionar su técnica en la pintura, sin embargo, para pintar la luz de la forma en que la cámara oscura permite verla, es necesario mucho más que sólo meterse en la cámara oscura.

Se requiere arduo estudio y práctica fuera de la cámara, y no sólo del dibujo, el color y el contraste, sino también de cómo trabajan las capas superpuestas de pintura en relación con la luz, cuando éstas son golpeadas por la misma.

El color en sus pinturas

Desarrolló un sistema de pintura que, si bien no era nuevo del todo, recordaba al claroscuro de los pintores barrocos, basado en el sistema de grisalla y veladuras, pero en escenas completamente distintas, hechas a pleno rayo del sol, una forma totalmente nueva en relación a los temas y motivos.

Estos colores y densidades se pensaban para que las capas superiores de pintura interactuaran con las capas previas y consiguiera que se produjeran efectos de luz exaltados, logrando el dramatismo lumínico que se conocen de sus cuadros.

En toda pintura intervienen mínimo dos factores: el color o la luz y la forma, así que podemos resumir que en un ambiente determinado, cada personaje u objeto tiene una luz específica en relación a la atmósfera de este ambiente en cuestión, sin embargo, en una pintura un objeto puede representarse bajo cualquier iluminación dispuesta por quien lo pinta.

Esto quiere decir que el pintor puede trabajar, a partir de su mente y su dominio del color y la técnica, una exaltación luminosa inexistente, si así lo desea, o exaltar más de la cuenta la realidad: éste es el caso de Joaquín.

Grandes obras

A partir de su estudio y posterior dominio de estas variaciones, en conjunto con el conocimiento de las capas de pintura, obtuvo la libertad de la cual sus lienzos son testigos y la capacidad de conmovernos a los espectadores de la forma en que sólo la luz lo logra.

La comisaria de la exposición es Blanca Pons-Sorolla, bisnieta y reconocida estudiosa del artista. “Una parte importante de mi labor como comisaria de esta exposición, es poder ofrecer al público la oportunidad de conocer obras que habitualmente no se pueden contemplar por encontrarse en colecciones privadas, algo que yo tengo la fortuna de conocer gracias a mi trabajo de investigación como responsable del catálogo razonado de Sorolla”, mencionó.

Ver esta publicación en Instagram

Una publicación compartida por The Meadows Museum (@themeadowsmuseum)

Disfrute con el paso del tiempo

Entre los diferentes géneros que se podrán disfrutar, habrá un pequeño conjunto de desnudos y retratos, una serie de paisajes y jardines y un apartado amplio para obras de mar plenas de luz, transparencias y reflejos, con dos secciones bien definidas, una dedicada al mundo d<el trabajo en el mar y su fascinación por las velas y otra dedicada al mar y las playas, con niños disfrutando de sus ocios estivales. Y como complemento a la exposición, el Museo Meadows exhibirá además, en una sala especial, el conjunto de obras de Sorolla sobre papel de su colección.

La muestra abarca un periodo de varias décadas de la actividad artística de Sorolla, desde una pintura muy temprana, Desnudo femenino de espaldas (c. 1886), pintada en Roma cuando sólo tenía 23 años, o también a Detalle del jardín de la Casa Sorolla, de 1918, realizada dos años antes de sufrir el derrame cerebral que le apartó definitivamente de la pintura.

“El éxito de Sorolla en buena parte se debió a su magistral representación de la luz y a la felicidad que transmitía en sus obras. Ese entusiasmo y pasión por lo que hacía y su amor a su país es lo que especialmente apreció, y sigue apreciando, el público americano al adquirir sus cuadros.