Oaxaca te regala grandes experiencias gastronómicas que tienes que disfrutar más de una vez.

De la Tierra al Corazón, una experiencia con sabores de Oaxaca

¿Qué sería lo primero que viene a tu mente cuando escuchas hablar de Oaxaca? Podría ser la Guelaguetza, o quizás el mezcal, o tal vez la danza Flor de Piña, o incluso el casi casi himno de la entidad escrito por Macedonio Alcalá, Dios Nunca Muere; por supuesto hay que mencionar también a María Sabina reconocida como curandera y chamana, y quien nació en Huautla de Jiménez.

En fin, hay tantas cosas que vuelven único al estado, que sin duda, podríamos decir es mágico, es un destino en donde el pasado y le presente se encuentran en el mismo sitio, creando un crisol de tradiciones, cultura y mucha vida.

Y bueno, algo de lo que debemos de hablar es de su sus sabores, reconocidos como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad y que prácticamente conforme vas probando los guisos no sólo en cada local, sino en cada comunidad no dejarás de sorprenderte. Por ello, decidimos platicarte de algunos sitios en lo que lo único que importará decir será: ¡Buen Provecho!

A cocinar se ha dicho

Casi cualquier lugar al que vayas notarás que te ofrecerán una taza de chocolate en agua, o en leche, el tradicional es el primero, y esta, es la manera en la que te dan la bienvenida. Justo así nos recibió la chef Adhey Andrade en Dos Corazones, una cocina de humo en la que además de sentirte cocinando tal y como probablemente lo hacían nuestras abuelas y bisabuelas, te aseguramos que los sabores y la preparación cobran otro sentido.

Y es que desde que llegas a este sitio de lo que se trata es que te conviertas en un cocinero, pues serás parte importante de todo lo que comas ese día. Lo primero, es elegir el delantal o mandil que usarás, elige el que te diga tu corazón, pues preparar todo con amor es el ingrediente principal.

De ahí, lo que les decíamos, el delicioso chocolatito, que por cierto, Adhey te invita a que lo prepares, mientras te cuenta su historia de cómo es que su bisabuelo y sus abuelas Cristina y Rosa, la impulsaron a trabajar por lo que realmente quería, sin importar lo que los demás o las costumbres dictaran, imagina, en la época de sus abuelas, las niñas eran obligadas a casarse a los 10 años, si lo hacían más tarde, “ya no servían”, y bueno, ellas no siguieron ese absurdo, así que las dos salieron adelante y tuvieron una profesión.

Adhey optó por la gastronomía, así que estudió y ha viajado por varios países del mundo para profesionalizar su técnica, misma que te comparte junto a su comal.

Sabores de Oaxaca y de familia

Dos Corazones inició por impulso de su amiga Cami, hace un año y medio, quien por lo regular comía con ella y su familia, y veía la dinámica tan bonita que se hacía alrededor del comal y de la mesa. Así es que le hizo ver lo importante que era compartir ese sentimiento con las demás personas, tanto nacionales como extranjeros. Ah, y por cierto, el nombre son ni más ni menos los dos corazones de Adhey, sus hijos Santiago y Leonardo.

El menú, incluía unos frijolitos de la olla, chiles rellenos, tlayudas, guacamole y salsas molcajeteadas. Los ingredientes: jitomate, cebolla, papa, chile de agua, ajo, zanahoria, agua, sal, pollo, y por supuesto las porras de la familia, pues su esposo Enrique, también tiene un papel muy importante.

Entre todos picamos, asamos, “molcajeteamos” y nos llevamos una gran experiencia, porque de eso se trata la comida, de vivirla de manera diferente.  Ah, y no podemos dejar de mencionar, que la chef Adhey también tiene un negocio de postres, vimos algunos de los que ha preparado para eventos y como siempre lo decimos, la gastronomía es todo un arte, tal y como ella lo hace.

“Ay Sandunga, Sandunga mamá por Dios”

Ahora es momento de platicarte de un restaurante que es recomendación de la recientemente llegada a México, la Guía Michelin. Zandunga se encuentra muy cerca del centro de Oaxaca, puedes llegar desde ahí caminando. Abrió sus puertas en 2002. Al llegar, lo primero que verás es su enorme patio, justo donde están todas las mesas, a algunas de ellas los rayos del sol les da de manera tal que le dan un toque bastante peculiar a los alimentos.

Los sabores en Zandunga están pensados para deleitar al paladar con recetas tradicionales, de la cocina Istmeña lo que es un plus, siempre. Pero, ¿qué puedes pedir?, uy, comienza con unas garnachas, que son como unas tortillitas de maíz fritas y encima llevan picadillo y repollo, también puedes pedir unos molotes de plátano macho, si te gusta la mezcla de la comida dulce con lo salado, y los tamales de maíz dulce, no saben son muy ricos.

Ya de plato fuerte las enchiladas de mole negro y rojo rellenas de picadillo o las hay también con opción vegana. Y algo que nos encantó, fue el cochito horneado, son unas costillitas de cerdo horneadas en salsa de chile ancho, con piña, y como acompañamiento puré de papa istmeño, es una delicia.

Cata de moles

Por supuesto que el mole es algo que no puede faltar en ninguna mesa de las familias de Oaxaca. Y hay un lugar que destaca en este listado por su fervor hacia el producto, incluso, llevan ya 50 años manteniendo las recetas familiares. En Las Rosas Restaurant, podrás vivir una auténtica cata de quince moles, una gran experiencia gastronómica que sin duda será completamente multisensorial. Imagínate probar moles con más de 30 ingredientes, que es lo que los vuelve tan especiales.

Nosotros por esta ocasión sólo probamos el negro, el mole y el coloradito, este último lo repetimos, es muy rico y al mismo tiempo, es raro que te lo sirvan en la Ciudad de México, a menos que vayas a un restaurante con comida típica oaxaqueña. Tania Arenas dueña del lugar es considerada la reina de los moles y se encarga de preservar la gran tradición culinaria.

Los sabores en Oaxaca están presentes en el restaurante La Rosas.

Platillo tradicional

Por supuesto no podemos despedirnos sin hablar de un platillo también emblemático, las Tlayudas, y hay un negocio que se llama Doña Flavia en donde las preparan a la parrilla, así que agarran un toque doradito muy bueno. De hecho, para que no te cuenten, en cualquier lugar la tlayuda debe ser crujiente lo que indica que está ya perfecta.

Las puedes pedir rellenas de arrachera, tasajo, quesillo, chorizo, falda de costilla enchilada, salchicha ejuteca (tienes que probarla, está rica), chapulines, patitas en vinagre, por mencionarte algunas. Ah, y te sugerimos que pruebes el agua de horchata con tuna roja.

Para descubrir los sabores de Oaxaca, así como sus aromas y colores, necesitas ir con el corazón abierto, pues cada sitio que visites se volverán un gran recuerdo. Te invitamos a leer un poco más en nuestra edición de noviembre de La Revista, en el siguiente link.

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