Conocer la ciudad de Lourdes al sur de Frnacia, te dará un respiro de paz y tranquilidad. Te invitamos a leer el artículo completo en la Revista Verest.

La quietud que la fe nos regala en la ciudad de Lourdes

El viaje en tren hasta Lourdes fue un cambio de escenario sin igual, dejando atrás la planicie para entrar a una región de montañas y ríos de agua fría, por lo que la ciudad se encuentra al pie de los Pirineos y el aire tiene una frescura que te hace sentir más despierto.

La historia de este pueblo se transformó por completo en 1858, cuando Marie Bernarde, mejor conocida como Bernadette, presenció las apariciones de la Virgen María, siendo la primera el 11 de febrero, a la que le seguirían diecisiete más, por lo que cada vez más personas acudían para presenciar el encuentro.

El santuario de Nuestra Señora de Lourdes tiene veintidós lugares de culto, incluyendo la gruta de Massabielle y la inmensa basílica subterránea de San Pío X, y cada día, a las 5 de la tarde y a las 9 de la noche, se celebra la procesión de las antorchas desde 1872, donde miles de peregrinos se reúnen para caminar cantando, con una antorcha en la mano, desde la gruta hasta la basílica. La energía y el fervor de la procesión llena el santuario, por lo que se siente el poder y la belleza de las luces que iluminan a miles de almas.

Uno de los tantos lugares de culto en la ciudad de Lourdes, al sur de Francia.

Descubriendo las cumbres pirenaicas

Lourdes es una ciudad que nos ofrece más que espiritualidad, la puerta de entrada a los Pirineos, y también tiene castillos que cuentan historias, por eso si hablamos de historia, el funicular Pic Du Jer es un ejemplo que opera desde el año 1900. El recorrido de mil 100 metros dura diez minutos, y una vez en la cima, un sendero conduce al observatorio, desde donde se tiene una vista total de Lourdes, Tarbes, Pau y las cumbres pirenaicas.

El castillo de Lourdes está prácticamente en medio de la ciudad, una construcción imponente que tiene una vista de 360 grados, viendo desde el santuario hasta las montañas de los Pirineos. El castillo se enmarca en la época medieval y tiene la huella de la leyenda de Carlomagno, mientras que su escudo de armas es peculiar, ya que se distingue un águila que sostiene una trucha.

Una leyenda cuenta que cuando los invasores sitiaban el castillo, un águila arrojó una trucha, y los sitiados se la lanzaron a los enemigos para burlarse de que tenían alimento fresco, por lo que los enemigos desistieron y se fueron.

Esta región es ideal para los amantes de la bicicleta, pues el Tour de Francia pasa por estos rumbos año tras año, sin embargo, los Pirineos y la región de Lourdes esconden una naturaleza preservada, con carreteras donde es muy placentero circular y descubrir los pueblos.

La Voie Verte des Gaves, una ruta ciclista, bordea el Gave de Pau, conectando a Lourdes con Gavarnie, y ofrece un paseo en bici que se siente como el Tour de Francia. Nosotros rentamos bicicletas eléctricas, ya que es una forma de disfrutar del paisaje.

Foto de Richard Sprang

La fortaleza y el pueblo del pasado

Dejamos la quietud de Lourdes para regresar al ritmo del tren, cruzar Toulouse rumbo al sur hasta Carcassonne. Al llegar a la estación, el pueblo nos recibió con una energía tranquila, pero al levantar la vista, la imponente fortaleza medieval se erigió frente a nosotros, recordándonos que se trataba más allá de una simple atracción turística, un lugar con historia que parece pertenecer a un cuento de caballeros y princesas, donde cada torre y muralla guarda secretos del tiempo.

Nosotros nos hospedamos en el Tribe Carcassonne, un hotel moderno con una fachada que se disimula con el paisaje, pero que tiene un diseño excepcional y una gastronomía de buen nivel. Su ubicación junto al río Aude nos dio una vista completa de la fortaleza, tanto de día como de noche.

Para vivir la experiencia de una manera completamente diferente, nosotros nos aventuramos en una excursión en bicicleta que inició a los pies del castillo, y que recorrió las calles del pueblo, los senderos a la par del Canal du Midi y parte de la campiña. El trayecto nos llevó a un pequeño castillo con su viñedo, donde nos recibió la dueña para una degustación y maridaje con quesos y embutidos de la región, un momento para disfrutar de la naturaleza y los sabores de Occitania.

El pueblo de Carcassonne es un lugar para explorar más allá de la ciudadela, con sus calles tranquilas, tiendas locales y una vida cotidiana que se siente lejos del movimiento de los turistas, pero la fortaleza es un lugar que se ha detenido en el tiempo y que te transporta al pasado.

Al caminar por las calles empedradas, sentimos el eco de los caballeros y de los soldados que alguna vez custodiaron el lugar, y te recomendamos visitar la fortaleza porque es un pueblo en sí mismo, lleno de restaurantes, cervecerías y tiendas de souvenirs originales. Terminamos nuestra tarde en Brasserie a 4 Temps del chef Franck Putelat.

El segundo día en Carcassonne lo dedicamos a la exploración a detalle de la fortaleza, caminando por el camino de ronda que se extiende a lo largo de las murallas, donde cada torre tiene una historia, ya que los soldados y los vigías se paraban ahí.

La vista desde el camino es un deleite, pues el campo que se extiende a lo lejos es un paisaje que nos inspira, y nosotros entramos al castillo para ver sus patios, sintiéndonos en un lugar que se ha detenido en el tiempo.

Dentro de la fortaleza, en el Hôtel de la Cité Carcassonne, se encuentra el restaurante con estrella Michelin La Barbacane, a cargo del chef Jerome Ryon, una experiencia gastronómica que vale la pena. El atardecer desde lo alto de las murallas fue un espectáculo, pues la luz anaranjada se extendía por la planicie y el castillo se iluminaba, así que el lugar parece que tiene vida propia.

Mientras el cielo comenzaba a cambiar sus tonalidades, la caminata al hotel se interrumpió en una pequeña tienda, donde compramos una botella de vino para disfrutar en nuestra terraza, mientras las estrellas comienzan a brillar encima de la muralla y se sienten como una guía hecha por el firmamento para el viajero.

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