Pati Jinich

El viaje culinario de Pati Jinich con Marriott Bonvoy Moments

No se trataba sólo de comer bien, tampoco de ver a una chef famosa cocinar, lo que ocurrió en la Ciudad de México durante los primeros días de abril fue otra cosa, una especie de conjuro compartido, un ritual entre viajeros y sabores que despiertan recuerdos, un grupo de socios del programa Marriott Bonvoy Moments vivió una experiencia que bien podría haberse escrito en un diario antiguo, uno de esos cuadernos que huelen a especias y a tinta, guiados por la mirada sensible de Pati Jinich, viajaron no sólo por la ciudad, sino por los momentos que la formaron a ella, por los lugares que aún guardan su voz, su infancia, sus secretos.

Todo comenzó en el JW Marriott Hotel Mexico City Polanco, con una recepción en el restaurante Sendero, donde rábanos, betabeles, alcachofas y plantas aromáticas convertían las mesas en un campo vivo, allí se sirvieron birriadillas de borrego, que en lo personal fueron las estrellas de la noche. Siguieron ostiones con mantequilla, crepas de cajeta, cócteles que sabían a historias largas y sobremesas sin prisa, mientras los invitados conocían a Pati como se conoce a alguien en la cocina de casa, sin formalidades, con un cuchillo en la mano y anécdotas en la otra.

Cuando el mole sabe a infancia

Los días siguientes fueron aún más íntimos, los socios participaron en la grabación de un episodio de Pati’s Mexican Kitchen, compartieron una cena en el Tahona Mezcal Room y visitaron Niddo, el restaurante fundado por la hermana de Pati en una casona de la colonia Juárez, donde el desayuno se transforma en caricia y el café sabe a abrazo, ahí donde la comida se entiende como soul food, una cocina que nutre más allá del cuerpo. Niddo es un lugar donde el pan se hornea con intención y cada platillo cuenta algo, entre pequeñas mesas y recetas que viajan con la familia Drijanski desde hace generaciones, los invitados entendieron que lo que Pati ofrecía no era un itinerario turístico, sino una travesía sensorial

Durante abril, quienes no fueron parte de la experiencia aún pueden probar un fragmento de este viaje en Sendero, donde un menú curado por la chef estará disponible, ceviche “que te mueres” con huachinango y mojo verde, crepa de huitlacoche con elote amarillo, pozole rojo, mole verde, pastel de fresas con merengue, sabores que además de llenar el estomago, también evocan emociones, conversaciones, caminos.

Más que puntos, momentos

La plataforma Marriott Bonvoy Moments no vende noches de hotel, vende fragmentos de vida que se quedan contigo, recuerdos que se cocinan lento, viajes que se escriben con los sentidos, para los socios, es una oportunidad de usar sus puntos en algo que no tiene precio: compartir una experiencia con alguien como Pati Jinich, y aprender que un buen mole o una crepa bien hecha pueden enseñar más de un país que cualquier guía de viaje.

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