Querétaro

Querétaro: el destino que nos habla al oído

Hay lugares que no gritan, que no necesitan espectáculos estridentes para llamar la atención. Querétaro susurra, pero quien escucha su llamado termina enamorado. Durante el Tianguis Turístico México 2025, celebrado en Baja California, el estado no solo estuvo presente, hizo eco, se posicionó, dejó claro que su oferta turística no conoce fronteras. Rodrigo Ibarra Lozano, Director de Promoción Turística del Estado, lo dijo con una sonrisa: “Querétaro se está preparando para enamorar al mundo”. Y lo está logrando.

La noticia cayó como melodía para quienes sueñan con cruzar el Atlántico. Una nueva ruta aérea entre Querétaro y Madrid, operada por Iberojet, comenzará a volar en octubre de 2025, con frecuencias semanales los jueves y domingos. No solo significa acercar dos territorios, sino abrir las puertas al turismo cultural, gastronómico y de negocios. Querétaro se internacionaliza, sin perder lo esencial, sin dejar de ser ese lugar que huele a cantera, a bugambilias, a callejón y vino joven.

Tres festivales que definen el alma queretana

El estado también entiende que la cultura se vive, no se presume. De ahí que apueste por festivales que invitan a quedarse, a mirar con calma, a dejar que los sentidos se abran.

Festival Internacional de Jazz de Querétaro: cada noviembre, el centro histórico se convierte en escenario para músicos del mundo. Las plazas se llenan de saxos, contrabajos, baterías, voces que improvisan mientras el viento de otoño acaricia las fachadas virreinales.

Festival Internacional del Arte, Queso y el Vino en Tequisquiapan: entre el 22 de mayo al 8 de junio, este pueblo mágico se transforma en una oda al maridaje. Bodegas locales, queserías artesanales y chefs crean experiencias sensoriales únicas. Degustaciones, conciertos y catas a cielo abierto, todo bajo el espíritu relajado que define a Tequis.

Hay Festival Querétaro: septiembre es sinónimo de ideas. Este encuentro literario y cultural reúne a escritores, científicos, periodistas y pensadores de todo el mundo. Charlas, lecturas, caminatas por librerías independientes, todo sucede al ritmo de quien quiere entender el mundo a través de las palabras.

Rutas, pueblos y paisajes que transforman

Más allá de sus eventos, Querétaro es un destino para recorrer con tiempo. La Peña de Bernal, en el pueblo mágico del mismo nombre, impone su presencia como uno de los monolitos más grandes del planeta. Ideal para escaladores, místicos, fotógrafos o simplemente caminantes que saben que el silencio también es paisaje.

En Cadereyta de Montes, los invernaderos y cactus gigantes sorprenden. Un pueblo tranquilo donde lo botánico se vuelve poético. Luego está Pinal de Amoles, en lo alto de la Sierra Gorda, con miradores como Cuatro Palos que dejan sin aliento y sin palabras, porque ante esa vista, no hace falta decir nada.

Jalpan de Serra y Landa de Matamoros nos hablan del barroco mestizo. Sus misiones franciscanas, declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, son testimonio de una espiritualidad profunda, de la mezcla de dos mundos.

Los amantes del vino y la buena vida encontrarán en la Ruta Arte, Queso y Vino una excusa perfecta para detenerse. Viñedos como La Redonda, Freixenet, Puerta del Lobo o Los Rosales son paradas obligadas para entender el maridaje local y brindar con etiqueta queretana.

Un estado que se proyecta sin dejar de ser

Querétaro no pretende ser todo para todos, pero sí es muchas cosas para quien lo visita. Su participación en la Ventana a México en San Diego previo al Tianguis, donde mostró lo mejor de su artesanía, gastronomía y talento artístico, es prueba de que su mirada está puesta en el mundo, pero sus raíces siguen profundamente sembradas en su tierra.

A quien lo visita, Querétaro no le promete fuegos artificiales. Le promete historia, identidad, belleza y sabor. Y lo cumple. Siempre.

Recuerda que Verest Magazine también está en redes sociales.

¡Disfruta más Experiencias Verest!

Cuervo y Sobrinos: El tiempo según ella