Festival Medieval Guanajuato

Prepárate para cruzar un portal medieval en Guanajuato Capital

Imagina despertar en Guanajuato con el eco de una gaita que no sabes si escuchaste o soñaste. Abres la ventana y el callejón parece parte de otro siglo, hay un caballero desayunando con una espada cruzada a la espalda, hay una niña vestida de princesa caminando de la mano de un dragón de peluche, hay una promesa en el aire que no cabe en los días comunes y todo esto es posible en el Festival Medieval Guanajuato 2025

Caminas hacia la Alhóndiga, ese monumento de piedra que ha visto batallas, ahora convertido en castillo por unos días frente a ti, así como la ciudad deja de ser ciudad y se convierte en el escenario perfecto para batallas épicas. Los adoquines retumban con las botas de cuero, los estandartes flamean como si alguien hubiera regresado de un viaje muy largo, uno donde la historia todavía se canta y no solo se cuenta.

Un festival con más de 50 portales en el tiempo

Todo esto lo podrás vivir entre el 29, 30 y 31 de mayo.La programación parece sacada de una película, con justas medievales que hacen temblar el polvo, aves rapaces que vuelan entre campanarios, danzas que siguen ritmos antiguos con pasos que tu cuerpo reconoce sin haberlos aprendido. Todo suena, huele y sabe a otra época, pero nadie parece fuera de lugar. Al contrario, da la impresión de que todos han estado esperando esto sin saberlo.

Encontrarás un mercadillo donde las manos saben de cuero y herreros de espadas. Puedes probar el tiro con arco, sentir la tensión de la cuerda, apuntar a un blanco que nunca es solo un círculo, sino una forma de volver a jugar como antes de tener prisa. También hay hidromiel, pan rústico, carnes asadas, cuentos con dragones que se escuchan mejor cuando uno se sienta en el suelo con los niños.

Una celebración de lo que todavía puede asombrarnos

El Festival Medieval Guanajuato 2025 se extiende como un hechizo por las calles, las plazas, los balcones. Hay más de 100 artistas y más de 50 eventos, pero lo que importa no son las cifras, sino la sensación de que algo más antiguo que nosotros nos sigue hablando. Tal vez porque necesitamos recordar que la fantasía también es parte del presente, que vestirse de época es una forma de desnudarse del cansancio, que caminar entre trovadores y arqueros es mejor que cualquier scroll.

Y lo mejor, nadie necesita boleto, nadie queda fuera. Solo necesitas estar allí, dejarte llevar y convertirte por unas horas en un personaje de una historia que aún no termina.

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