Mayo trae consigo una promesa distinta, una invitación a dejarse llevar por los aromas de la albahaca, el perfume del ajo confitado, la calidez de una mesa bien servida. Durante todo el mes de mayo, la Hacienda de los Morales despliega su Festival de Italia, un encuentro dedicado al corazón de la gastronomía italiana, orquestado por el chef Benigno Fernández, quien transforma este ícono de la Ciudad de México en una trattoria donde el tiempo se curva, el mantel es blanco, el vino fluye sin prisa.
Nada se improvisa, nada se adapta, todo responde al mandato original de cada región. El chef trae a la mesa los secretos del Mediterráneo con una devoción que se siente en cada platillo. Pastas trabajadas a mano con sémola de Puglia, el Vitello tonnato que recuerda a los almuerzos en Piemonte, el ossobuco estofado que pareciera llegar directo desde una cocina en Milán. Cada plato cuenta una historia, cada salsa sostiene una memoria.
Ingredientes que llevan en sí la geografía de Italia
No se trata de reinterpretar, se trata de traer Italia en valija diplomática. Prosciutto di Parma que cruje de delicadeza, Mozzarella di Bufala Campana fresca como la brisa de Salerno, Parmigiano Reggiano madurado en cavernas de Emilia-Romagna. Cada producto ha sido elegido con precisión para que el bocado tenga sentido, origen y destino. La técnica también dice presente, con cocciones largas que respetan el silencio del hervor, rostizados que esperan el punto exacto, cebollas horneadas por horas hasta que su dulzura se libera y sirve de cuna a una crema untuosa con aceite de trufa.



Una experiencia para todos los sentidos
La atmósfera acompaña, el servicio guía con conocimiento y calidez, el menú se convierte en pasaporte para un viaje de sabores. Puedes reservar tu mesa entre semana o en fin de semana, desde la una de la tarde hasta bien entrada la noche, o cerrar el domingo con una copa de Chianti y un tiramisú que parece susurrarte en italiano. El personal está listo para recomendar un vino, sugerir un plato, crear ese pequeño momento que permanece cuando el resto del día se borra.
Hacienda de los Morales no ofrece solo un menú, propone un ritual, un viaje sin turbulencias ni pasaportes, una historia que se escribe en la mesa, con el tenedor como pluma. El Festival de Italia es una celebración de la autenticidad, una ventana abierta hacia el Mediterráneo que se mantiene firme, una experiencia culinaria que deja una marca. Y cuando la cena termina, lo que permanece es una certeza: hay lugares que saben contar historias con comida.
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