Cocina tradicional mexicana en el centro de la CDMX

Si alguna vez has caminado por las calles del Centro Histórico de la Ciudad de México sabrás muy bien que el murmullo nunca para, gente que va de un lado a otro, ya sea para conocer los tesoros culturales e históricos de la ciudad, por compras o porque trabajan en la zona, pero si te adentras todavía más, créenos que encontrarás lugares que te sorprenderán.

Paxia es lo que íbamos buscando, a ¿qué nos referimos?, bueno, pues esta palabra en náhuatl significa paz, y es lo que encontramos en el restaurante con este nombre, del chef Daniel Ovadía, quien tiene ya una trayectoria en el mundo gastronómico, y en el que busca resaltar los sabores y aromas mexicanos, que por supuesto son muchos.

La cita fue en la calle Venustiano Carranza número 69, a tan sólo unas cuadras de la plancha del Zócalo Capitalino. Nuestra aventura de sabores comenzó justo a las 2:30 de la tarde, la hora perfecta para la comida. La atención sin queja alguna, todo iba marchando muy bien.

Sus creaciones culinarias tienen un toque contemporáneo, y por supuesto muy creativo. Pero comencemos a hablar de nuestra exquisita experiencia en este restaurante que se encuentra en el rooftop del hotel Umbral. Diez tiempos nos esperaban, así es que por favor, ve preparado para una muy llenadora y satisfactoria explosión de sabores.

Paxia una sorpesa de sabor

Comenzamos con una gordita de maíz negro rellena de pulpo a las brazas, quesillo y una muy tradicional salsa verde molcajeteada, esa te la recomendamos con una Salvajita Ultra, de Querétaro, la combinación es perfecta y te abrirá el apetito.

De ahí, nos fuimos al segundo tiempo, un aguachile de semillas quemadas con camarón, habanero tatemado, pepino y cilantro, la presentación está muy cuidada y en cuanto te los llevan, lo único que quieres es comerlos.

Y mientras la plática seguía, pues déjanos decirnos que el escenario es ideal para ir con amigos, la pareja, o incluso en una reunión de negocios, la música ambiental, así como la decoración es minimalista y elegante, te invita en todo momento a pasar un buen rato, e incluso, puedes organizar tus eventos.

Pero bueno, llegó el momento de volvernos creativos, ¿por qué lo decimos?, pues prepararás tu propia salsa ranchera, el mesero te lleva tu molcajete, cebolla, ajo, tomate, jitomate, sal, pápalo, chilito, cacahuates y a moler se ha dicho.

Una vez que terminaste, te llevan pork belly bastante suave pero crujiente, junto con una tortillitas recién hechas de masa azul, que harán que tus taquitos sepan de maravilla. Tanto para este como para el siguiente platillo que parece una acto de magia, nos sugirieron maridarlo con un mezcal Unión, espadín, que viene directo de Oaxaca.

Ahora sí, te platicaremos del que fue nuestro platillo favorito de los 10 tiempos que degustamos en Paxia: la Quesadilla de Oaxaca, rellena de pollo y mole negro, cubiertas de azúcar. Te la sirven en una copa en la que se percibe perfectamente el mole y el chocolate suspendidos y divididos gracias a la temperatura perfecta. A ti te tocará mezclarlos y surge la magia de sabor en cada bocado.

Delicias típicas y contemporáneas

Hasta ese punto, debemos decirles que parecía como si estuviéramos comiendo en casa, esos sabores tradicionales, típicos de nuestro méxico, con toques dulzones pero picosos, donde te das cuenta que las creaciones del chef no están peleadas con lo gourmet, al contrario.

Pero sigamos, llegó el momento de degustar una copa de vino junto con un taquito de tuétano al horno con salsa de cebolla quemada, cebollitas cambray y limón a las brazas, te sugerimos que este te lo comas en cuanto llegue, para que los sabores no se pierdan en ningún momento.

Fíjense que si hay un platillo con el que siempre he sido muy exquisita es la sopa de frijol, y aquí encontré una que me hizo querer pedir más, es de frijol negro, con jamón ibérico, chochoyotes, crema de rancho, epazote y aguacate criollo. La consistencia está perfecta, la porción, ni se diga, en definitiva hasta el momento no había nada que nos decepcionara.

Paxia y sus platillos fuertes

Ya sé, seguro pensarán: ‘¿siguieron comiendo?’, la respuesta es sí, y seguimos con los platillos fuertes. Ya en el séptimo tiempo degustamos un pescado y maíz, en un chile atole de huitlacoche, pesca del día envuelta en hoja santa, bock choy a las brasas con trufa, avellana, tamarindo y habanero. ¿Ahora entienden por qué les decíamos de esos sabores característicos de la gastronomía mexicana?

El protagonista del siguiente tiempo fue un chichilo negro con short rib, cahoye, ejote, cebolla blanca curada en especias y esas deliciosas bolitas de maíz que probamos en la sopa de frijol, los chochoyotes que tienen cierto encanto, que perfectamente podrían ser una rica botana.

¿Y el postre?

Aunque en este punto parecía que ya no podíamos más, siempre habrá un espacio en nuestro corazón, y en nuestro estómago para el postre. Nos ofrecieron raspado de zapote negro con espumita de naranja agria y sal de gusano. Para luego dar paso a una natilla de mamey no nibs de cacao. Bastante buenos los dos, en verdad, era lo único que nos hacía falta.

Las risas y las charlas siguieron durante nuestra visita en Paxia, pero esperen, eso no fue todo, jaja. El final feliz llegó con unos churros de cortesía con espuma de chocolate de metate con pinole, literal para chuparte los dedos, esta fue la señal de que hicimos una muy buena visita.

Ya nos contarán cómo les fue y qué más pidieron del amplio menú en Paxia, todo preparado con mucho amor por la comida mexicana.

Lo que debes saber

  • Dónde: Venustiano Carranza 69, col. Centro, alc. Cuauhtémoc, CDMX
  • Horario: Lunes a sábado de 13:00 a 23:00 h | Domingo de 13:00 a 19:00 h
  • Chef: Daniel Ovadía

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