Viajar a la Ciudad de México es como meterse en una licuadora de cultura, historia y caos urbano; tiene su propio ritmo y te deja tambaleando si no te cuidas. Pero más allá de las maravillas que la capital ofrece, hay algo que todo viajero debe saber para no perderse en este ‘desmadre’: el lenguaje.
Cada urbe tiene su propio dialecto, y la CDMX no es la excepción. Desde modismos hasta expresiones que no se entienden en otro lado, dominar el lenguaje es esencial para navegar por esta selva de asfalto sin perder el norte.
Y luego está el albur, ese arte verbal donde una frase inocente puede esconder un golpe bajo si no estás al tiro. Podríamos arriesgarnos a decir que el albur es como el deporte nacional: lo juegan todos.
El chile y el gran engaño chilango
El chile, ese pequeño pero potente ingrediente que hace sudar hasta al más valiente. En la CDMX, cuando te dicen ‘no pica’, es casi una invitación al desastre. Te lo aseguran con cara seria, pero en cuanto lo pruebas, te das cuenta de que te va a picar…, y no precisamente en la lengua. Es parte del juego chilango, donde el chile nunca se queda corto y te puede dejar ardiendo en más de un sentido. Así que, si te dicen esa expresión, mejor prepárate, porque en esta ciudad, hasta lo más inocente tiene su chispa.
La persistencia de la memoria
Bien lo dijo Salvador Dalí “De ninguna manera volveré a México; no soporto estar en un país más surrealista que mis pinturas”. Y haciendo alusión a su pintura, en nuestro país existe una expresión que deja perplejos a muchos: El ‘ahorita’. En teoría significa “en este momento”, pero en la práctica, su flexibilidad es legendaria. Puede referirse a algo que sucederá en unos minutos, en unas horas, o hasta nunca. Si alguien te dice “ahorita llego”, no te emociones, que podría significar cualquier cosa.
Entender la magia de este tiempo verbal que existe pero al mismo tiempo no, es esencial para no perder la paciencia en la CDMX. Y si alguna vez lo usas, asegúrate de que tu tono haga justicia a la ambigüedad de la palabra.
La reina de las expresiones
“No manches” es la expresión chilanga por excelencia, tan versátil que sirve para casi todo. ¿Te contaron una historia que te voló la cabeza? “¡No manches!” ¿Alguien hizo algo que te molestó? También “¡No manches!”, pero con un toque de enojo.
Es una frase que se adapta al contexto, y usarla bien te permitirá integrarte rápidamente en cualquier conversación. Porque en la CDMX, decir “No manches” es casi tan natural como respirar.
Dos caras de la moneda
Si “chido” es la palabra que usas para todo lo que está de lujo, “chale” es la expresión para cuando las cosas no salen como esperabas. Son dos términos que escucharás por doquier. ¿Te sirvieron unos tacos que te hicieron volar? “¡Están bien chidos!” ¿El metro se descompuso y te quedaste varado? “¡Chale!”
Dominar estas dos expresiones no sólo te hará parecer más local, sino que te permitirá expresar tus emociones con la misma intensidad que los chilangos.
La dicotomía social
En la Ciudad de México, “fresa” y “naco” son términos que solían definir mundos opuestos, pero hoy en día las fronteras son más difusas. Mientras que “fresa” aún describe a quienes se creen más sofisticados, “naco” ha sido resignificado y reivindicado como un orgullo de lo popular.
Entender esta dicotomía es importante, pero más relevante es saber que en la actualidad estos términos son tan flexibles como la propia ciudad. Lo que antes era blanco y negro, ahora se mezcla en una rica gama de grises.
Entonces ¿listo para el desmadre?, la próxima vez que alguien te pregunte “¿Qué onda?”, lánzate con un “Todo chido, ¿y tú?” y prepárate para disfrutar de la CDMX como un verdadero chilango. Domina las expresiones que usa el chilango, entiende los matices y diviértete en este laberinto urbano que nunca deja de sorprender.
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