Un lugar icónico bajo el hermoso sol de Acapulco

Acapulco nació como un lugar destinado a abrir sus brazos a los viajeros. Desde siglos atrás, el puerto se asocia con el disfrute de la vida, al cual llegaban los productos más exquisitos de todo el mundo. Entonces, como ahora, Acapulco resultaba simplemente irresistible.

Como buen chilango, el destino ha sido el refugio de quien quiere perderse entre el mar y el sol. Por primera vez en nuestro andar, tuvimos la oportunidad de hospedarnos en Las Brisas.

Pocos tienen presente hasta qué punto este hotel es una leyenda viviente, preferida por presidentes y la realeza, por sobre todas las instalaciones hoteleras del continente. Esta distinción ha hecho del hotel, junto con los clavadistas de La Quebrada, uno de los emblemas más grandes del puerto.

Que inicie la aventura en Acapulco

No pudimos perder la oportunidad de llegar al hotel con una canción de la época It’s Not Unusual de Tom Jones, para sentirnos un poco a tono de cuando todo empezó, en los años 60. Fue la década del amor libre, de la libertad de expresión, de la lucha por los derechos civiles, de la paz, de los hippies y también del jet-set.

Al mismo tiempo, Acapulco estaba listo para su debut en los grandes escenarios, impulsado por el presidente Miguel Alemán y por supuesto por el Rey del Rock: Elvis Presley, que en 1963 lo puso en el centro de las miradas con su película Fun In Acapulco. En poco tiempo se convirtió en un sitio de lo más popular y sofisticado, el lugar ideal donde se tenía que estar para ser visto.

El color rosa y el blanco se disfrutan por todo el hotel, en recepción un trago rosa nos recibe para refrescarnos junto a una toalla húmeda y una gran sonrisa. A la hora de ir a tu ‘casa’ obviamente lo hicimos en sus tradicionales Jeeps con franjas rosas, que por cierto en 1974 la compañía automotriz VW fabricó una versión especial del famoso Safari VW edición Acapulco, diseñada exclusivamente para el hotel.

Este resort ocupa un lugar muy especial en la historia de la hotelería, así como en la tradición de uno de los más prestigiosos destinos vacacionales del mundo. Como una pequeña ciudad rodeada de jardines de hibiscos rosas, es un lugar de recuerdos que permanecen en la memoria, luego de su apertura como hotel en 1957, hoy cuenta con 263 casitas ya sea con alberca privada o compartida.

Las Casitas de Las Brisas

La casa está lista y qué mejor que en la entrada esté un letrero hecho a mano con la topografía del lugar con tu nombre y apellido, un gran detalle que puedes llevarte a casa. Miguel hizo el favor de mostrar la casa, en la entrada hay una pequeña cajita donde te dejan el desayuno que elijas, para que al despertar sólo la abras del otro lado y disfrutes de manera privada.

Cabe señalar que cada casa es única, no hay una igual en todo el lugar, así que sería difícil poder explicar una habitación y que esperes la misma a tu llegada, pero todas van a robarte un suspiro y saber que llegaste al lugar indicado. No cabe duda que pasar unos días aquí, te harán sentir un poco de aquel Acapulco de los 60 y 70 y que en el 2023 puedas sentirte literal en la cima del mundo.

Bellavista

Por algo el nombre del restaurante, y es que aquí podrás desayunar con una vista inigualable o cenar en una atmósfera muy romántica y tranquila. De igual manera está su área de bar para disfrutar un buen trago.

Si eres curioso, podrás ver en el restaurante, una pared con manos y firmas de quienes han visitado el hotel, como Sean Connery, Frank Sinatra, Liz Taylor, George Hamilton, Charlton Heston, Natalie Wood, Sophia Loren, Johnny Carson, Clint Eastwood, Buzz Aldrin, Madonna y Kevin Costner, pregunta a la gente del hotel alguna anécdota, te aseguro que te divertirás.

La Concha y su gastronomía

Desde lo más alto de tu casita, no extrañarás las olas cerca de ti, puesto que su club de playa privado, cuenta con dos albercas naturales de agua salada, conectadas directamente con el mar y te mantienen en contacto con la vida marina, puedes nadar entre peces o tortugas. También tiene una alberca y zona de camastros.

Anclado entre las rocas, como si se tratara de una proa de barco, podrás disfrutar de su especialidad del mar, un deleite culinario a cargo del Chef Ejecutivo Guy Santoro, encargado de cada uno de los restaurantes del Grupo Brisas, una garantía absoluta de sabores inolvidables.

Acapulco y sus atardeceres de ensueño

No olvides llamar al lobby y solicitar un jeep justo una hora antes del atardecer para que te lleven al Sunset Bar, tu sólo déjate llevar por las charlas, música, tragos y los colores del cielo jugando con las nubes en todas sus tonalidades posibles.

Masaje a la carta

Última recomendación, pero no menos importante. Solicita un masaje en tu casita, el que quieras, uno sencillo, o en pareja, no te arrepentirás, puedes bajar al spa, pero en tu casita es otra cosa.

Con todo esto que hemos escrito, dinos: ¿qué puede ser mejor que un templo rosa en lo alto de una colina en sintonía con el mar?

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