El Mercado del Carmen, discreto y a la vez imprescindible, se encuentra en uno de los rincones más fascinantes de la Ciudad de México, donde las calles de San Ángel cuentan historias que se entrelazan con el presente. Tras diez años de abrir sus puertas, este mercado ha tejido su propio relato, acumulando momentos que, para muchos, ya son parte de su memoria personal.
Desde el principio, este lugar ha sido algo más que un sitio donde se venden platillos y artesanías, es un espacio donde convergen sabores y conversaciones, arte y casualidad, formando un refugio para aquellos que buscan una experiencia distinta.
Los más de 40 locales que lo componen ofrecen desde delicias culinarias hasta piezas de diseño que parecen tener alma propia. Es un lugar donde lo cotidiano adquiere un tinte inesperado, y cada rincón invita a quedarse un poco más.
En esta celebración por su décimo aniversario, el mercado ha renovado su terraza, creando un espacio que invita a relajarse, sin prisas. Allí, ver un partido o simplemente pasar la tarde adquiere otro significado, mientras nuevos locales como Corazón de Pollo, Sushi Vizio y Díaz de Café se integran a la oferta, dando un nuevo giro a la experiencia.
Ubicado en la Calle de la Amargura, el Mercado del Carmen no sólo es un destino gastronómico o un lugar de compras. Es una pausa en medio del bullicio, un sitio donde la vida se percibe diferente, más cercana, como si cada visita tuviera algo nuevo que ofrecer.
Reencuéntrate con el arte
Después de disfrutar de sus sabores cuidadosamente seleccionados y deambular entre las propuestas de autor y artesanales, el mundo exterior parece extender una invitación silenciosa. A pocos pasos, la Plaza San Jacinto se abre como un oasis artístico, donde cada sábado, el Bazar del Sábado cobra vida. Las obras de artistas locales están ahí, desplegadas como fragmentos de historias no contadas, esperando ser descubiertas por quienes tienen el tiempo y la mirada curiosa.
Si el arte no es suficiente, entonces las calles mismas te guían hacia otros rincones de la historia. La Casa del Risco, con su aire barroco y su colección de arte sacro, parece contener siglos dentro de sus muros, mientras que el antiguo convento que ahora alberga el Museo de El Carmen te conecta con algo más profundo. Las momias que descansan en su interior son testigos de un pasado que se resiste a ser olvidado.
Si lo que buscas es un respiro del ajetreo de la ciudad, el Jardín del Arte se convierte en un refugio natural. Los árboles, casi inmóviles, parecen ser cómplices de un silencio que invita a la contemplación. En sus esculturas, encuentras fragmentos de belleza que pasan desapercibidos para el ritmo frenético del mundo exterior.
San Ángel también tiene sus secretos literarios.
Muy cerca del mercado se encuentra la Casa Estudio de Diego Rivera y Frida Kahlo, un lugar donde el arte y la vida se entrelazaron de formas que aún hoy siguen despertando curiosidad. Las calles que rodean este barrio están llenas de pequeñas sorpresas: casonas antiguas, cafés discretos y tiendas que, al igual que los personajes en una novela, parecen tener una historia por contar si se les da el tiempo necesario.
El Mercado del Carmen es el comienzo de un recorrido que te lleva a explorar un San Ángel donde el tiempo se mezcla con el presente, y lo cotidiano se encuentra con lo inesperado. Te invitamos a leer más historias como esta en nuestra Revista, en el siguiente link. ¡Que disfrutes la lectura!
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