En una de las calles más tranquilas de Polanco, una fachada discreta esconde una experiencia culinaria única. Romina, que lleva casi 14 años cautivando a sus comensales, no necesita letreros llamativos ni modas pasajeras para hacerse notar. Aquí, la autenticidad es la estrella y quienes lo descubren, saben que han encontrado una joya.
El ambiente de Romina es íntimo y acogedor. Las conversaciones entre los comensales fluyen, mientras en la cocina la frescura y el cuidado en la preparación se hacen evidentes en cada plato. Diego y Mario Magaña, los hermanos detrás del éxito de este proyecto, siempre están presentes, brindando una atención cercana que hace que los clientes se sientan parte de la familia. La clientela fiel sabe que aquí, cada detalle cuenta, desde la elección de los ingredientes hasta el servicio impecable.
Sabores que hablan de tradición
La verdadera magia de Romina está en su cocina. A diferencia de otros restaurantes italianos en la ciudad, aquí no encontrarás reinterpretaciones ni fusiones exóticas. Romina es fiel a la tradición italiana y a los ingredientes de temporada y lo demuestra con platos como su pasta fresca con morillas y speck. La sencillez de los ingredientes combinada con una técnica impecable hace que cada bocado sea un recordatorio de la autenticidad de la gastronomía italiana.
Y si hablamos de platos únicos, el risotto con camarones, piñones y una salsa de chile pasilla es una mezcla perfecta de delicadeza y audacia. Este platillo, que combina los sabores del mar con un toque de picante, se ha convertido en uno de los favoritos, logrando el equilibrio perfecto entre lo tradicional y lo local.
El encanto de Romina no se detiene con los platos principales. Para el postre, las opciones son igualmente irresistibles. Los profiteroles rellenos de helado de avellana y bañados en ganache de chocolate amargo son una indulgencia perfecta para los amantes del chocolate. Y, por supuesto, el clásico tiramisú, hecho en casa, ofrece un cierre perfecto a cualquier comida, con su equilibrio entre lo cremoso y lo esponjoso, respetando la receta tradicional italiana.
El vino, un protagonista en cada mesa
Mario Magaña, además de dirigir el restaurante junto a su hermano Diego, es un apasionado del vino. Como sommelier y embajador de vinos italianos por la Academia Vinitaly, ha curado una de las cartas de vinos italianos más completas de la Ciudad de México. Aquí, el vino no es solo un acompañante, es parte esencial de la experiencia. Mario se asegura de recomendar a cada comensal la botella perfecta para realzar los sabores de cada platillo, logrando que la comida sea una experiencia integral.
Romina no es un restaurante de moda, es un lugar que ha sabido ganarse un espacio en el corazón de quienes valoran la calidad, la autenticidad y el buen servicio. Su atmósfera relajada, su comida fiel a la tradición italiana y la atención cercana de los hermanos Magaña hacen que este lugar se sienta como un hogar. Cada visita es una oportunidad para redescubrir la cocina italiana en su forma más pura y saborear momentos que perduran.
Dónde: Homero 716, Polanco, Ciudad de México
Cheque promedio:$1000.00
Recuerda que Verest Magazine también está en redes sociales.
- IG: @verestmagazine
- FB: @verestmagazine
- TW: @MagazineVerest
¡Disfruta más Experiencias Verest!