En la Ciudad de México, hay un lugar que encierra el espíritu de la Belle Époque y la elegancia del Art Nouveau en cada rincón: Casa Prunes. Este bar, ubicado en una casona porfiriana del siglo XX, ofrece una experiencia que parece sacada directamente de las páginas de El Gran Gatsby. Aquí, cada trago es una celebración del lujo y el glamour de una época dorada, donde la sofisticación está en los detalles y el tiempo parece detenerse.
Lo primero que llama la atención al cruzar sus puertas es la atmósfera, sus techos altos, candelabros brillantes y paredes adornadas con obras de arte, que nos sumergen en la nostalgia de una época dorada. Sin embargo, es en su barra donde se vive la verdadera magia. Aquí, el mixólogo Israel Barón eleva el arte de crear cocteles a un nivel casi alquímico, mezclando sabores, aromas y texturas con una maestría que seduce a los sentidos.

Cada bebida en este lugar cuenta una historia, una narrativa líquida que nace de la imaginación y el profundo conocimiento de Barón y su equipo de trabajo. Inspirados en los ingredientes locales y las tendencias globales, cada mezcla es un tributo a la tradición y la innovación, logrando un balance perfecto entre lo clásico y lo moderno.
La destreza de Barón no sólo reside en su habilidad técnica, sino en su capacidad para entender los matices de cada ingrediente, creando una sinfonía de sabores que despiertan emociones en cada sorbo.
Una gran pasión por crear
Desde las notas cítricas y frescas hasta los toques ahumados y robustos, cada trago en Casa Prunes refleja la pasión de Israel Barón por su oficio, convirtiendo la experiencia de beber en una travesía sensorial única. Pero te invitamos a saber un poco más de él.
Hablar de la historia de Israel es hablar de disciplina, talento, trabajo y constancia, los cuales son ingredientes fundamentales para llegar al éxito que hoy tiene con sólo 28 años. Isra, como normalmente se le conoce en la industria, se ha consolidado como uno de los bartenders más reconocidos a nivel mundial y en esta ocasión nos compartió su historia para motivar a las nuevas generaciones de jóvenes que están comenzando en este camino.

“En uno está a dónde quiere llegar, en uno está qué cosas quieres hacer, cómo te ves en un futuro, el trabajo, la disciplina, la dedicación, el esfuerzo y los sacrificios siempre son clave para obtener un poquito de éxito”.
Nunca darse por vencidos
Originario de Capulhuac, Estado de México, con licenciatura en administración de empresas turísticas descubrió su pasión por la coctelería en un momento crucial: la pandemia. Sin embargo, su habilidad para el servicio no es casualidad. Desde pequeño, Isra demostró un don innato para la hospitalidad, fruto de los valores inculcados por sus padres.
Durante estos tiempos difíciles, Israel comenzó a vender mojitos y margaritas en su pueblo, destacando con su propio toque en estas recetas y revelando su verdadera vocación. El camino hacia las grandes ligas de la coctelería estuvo lleno de desafíos. Conforme su clientela crecía, también lo hacía la demanda por nuevas «mezclas». Esto lo motivó a escuchar tanto a sus clientes como a su voz interior que le decía: «si yo crezco, tú tienes que crecer».


Decidido mejorar, se capacitó en la Universidad Mexicana de Mixología, ahí conoció a Joshua Monaghan, uno de sus maestros, quien se convirtió en un mentor clave, orientándolo y ayudándolo a buscar una oportunidad de prácticas en Fifty Mils. Sin embargo, no lo aceptaron, pero eso no le impidió seguir adelante, encontrando su lugar en Casa Prunes bajo la guía de Mica Rousseau reconocido bartender ganador de World Class y creador del concepto de Fifty Mils.
Esta historia no termina aquí
Te invitamos a conocer la historia completa de Isra y así comprender el éxito de este lugar, en la edición de septiembre de La Revista, en el siguiente link.
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