Campeche

Campeche inolvidable: Un viaje que inicia en tren

El viaje comienza con una aventura que promete mucho: el Tren Maya, una obra maestra de la ingeniería moderna que nos lleva a través de los paisajes más fascinantes del sureste de México. En esta ocasión partimos desde Cancún, una de las estaciones clave de esta ruta, y nos adentramos en un recorrido lleno de historia, cultura y naturaleza.

El diseño del tren combina comodidad y tradición, con amplios ventanales que nos permiten admirar la selva, descansar o conocer a otros viajeros.  A medida que avanzamos, pasamos por las estaciones de Valladolid y Mérida, cada una con su propio encanto y legado histórico.

Cada viaje es una nueva hoja en blanco para llenarlo de experiencias y dirigirse a un destino con tanta historia, es la mejor oportunidad para dejarse sorprender, donde las murallas de la ciudad te recibirán con su inigualable colorido colonial y su pasado lleno de leyendas.


¡Bienvenidos a la ciudad amurallada!


Al llegar a la ciudad, lo primero que nos recibe es su encanto colonial. Las calles de Campeche son como un museo al aire libre, con fachadas coloridas y un aire tranquilo que invita a caminar sin prisa. Empezamos nuestro recorrido por el malecón, un lugar perfecto para disfrutar del atardecer mientras el viento acaricia el rostro. La brisa marina y las olas rompiendo en la orilla crean un ambiente de paz que solo esta ciudad puede ofrecer. Sin embargo, no solo el paisaje es impresionante, la gastronomía es un espectáculo por sí sola.


No hay mejor manera de conocer una ciudad que a través de sus sabores. Y, créanme, Campeche nos dio una lección de cocina. Probamos los famosos panuchos, los tacos de pescado y, claro, los deliciosos camarones al coco. ¡Una explosión de sabor en cada bocado! Pero lo que verdaderamente nos conquistó fueron las marquesitas, un dulce típico de la región, crujiente por fuera y suave por dentro. Nos sorprendió lo simple pero delicioso que es este postre, hecho con queso, ¿qué más se puede pedir?


El encanto del hotel en Edzná y la historia viva


Nuestra estadía fue, sin duda, una experiencia única. El hotel en Edzná es una joya. Desde su arquitectura hasta su ubicación, está rodeado de la naturaleza y el misterio de la zona. Al caer la noche, la tranquilidad que se respira en este lugar hace que nos sintamos como si hubiéramos viajado al pasado, a un tiempo donde todo era más simple pero lleno de belleza.


El día siguiente nos llevó a la famosa zona arqueológica de Edzná, donde la historia prehispánica se mezcla con la naturaleza. Los templos mayas, las pirámides y las estructuras de piedra se alzan imponentes ante nuestros ojos. Aquí, el tiempo parece detenerse, y uno se siente transportado a una era lejana, donde las civilizaciones florecían.


Un encuentro con las artesanas del jipijapa


Pero el viaje no termina solo con paisajes y gastronomía. Una de las experiencias más conmovedoras fue conocer a las artesanas locales que crean sombreros y abanicos con jipijapa, una fibra natural que la región utiliza desde tiempos ancestrales. Nos enseñaron cómo hacen estos productos, paso a paso, y el proceso, que lleva horas de trabajo, nos dejó sin palabras. Cada pieza es una obra de arte, hecha con dedicación y amor por la tradición. Es fascinante ver cómo el legado de sus ancestros sigue vivo en las manos de estas mujeres maravillosas.


Campeche es un destino que combina historia, cultura, gastronomía y tradición de una forma única. Desde el Tren Maya hasta las experiencias en Edzná, pasando por las delicias culinarias y las artesanías locales, todo hace que este viaje sea inolvidable. ¡Definitivamente un destino que debes agregar a tu lista!

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