Cada año, como si obedeciera a un llamado secreto que flota en el aire entre julio y septiembre, el chile en nogada regresa a nuestras mesas como un viejo amigo que viene de visita. Y aunque sabemos que su estancia es breve, la esperamos con el corazón emocionado y el paladar preparado. No es un platillo cualquiera, es un relato envuelto en hoja de parra, relleno de historia y cubierto de una nogada que huele a hogar.
Dicen las leyendas y ya sabemos que en México la historia y la cocina se mezclan como canela en arroz con leche que el chile en nogada nació en 1821, cuando las monjas agustinas del convento de Santa Mónica, en Puebla, quisieron agasajar a Agustín de Iturbide celebrando la firma de la Independencia. Inspiradas, prepararon un platillo que llevara los colores de la bandera: verde en el chile poblano, blanco en la nogada y rojo en la granada. Y así, sin saberlo, dieron vida a uno de los mayores orgullos gastronómicos de nuestro país.
Comienza la ruta más sabrosa del año
Y así, entre mitos y mordidas, arrancamos oficialmente la Ruta de los Chiles en Nogada. ¡Sí, ya empezó la temporada más deliciosa del año! Y para dar el banderazo de salida no pudimos elegir mejor que el restaurante Angelopolitano, en la Roma, un templo del sabor poblano en la capital.
Ahí, entre paredes llenas de tradición y sazón, tuvimos nuestro primer encuentro de la temporada con este chile celestial. Lo preparó el talentoso Chef Gerardo Quiroz, quien desde hace más de una década ha defendido la autenticidad y el amor por la cocina poblana con una pasión que se nota en cada bocado. Su versión del chile en nogada es un homenaje a lo clásico, pero con el sello Angelopolitano: ingredientes de calidad, equilibrio perfecto entre lo dulce y lo salado, y esa nogada sedosa que parece abrazar al chile como un reencuentro.

Entre sabores que nos cuentan historias
No hay chile en nogada sin nostalgia. Nos recuerda las comidas en casa de la abuela, las tardes de granada manchando los dedos, los manteles bordados y las charlas que se alargan mientras se raspa la nogada del plato. Es un platillo que se vive. Y comenzar esta ruta en Angelopolitano fue como abrir un álbum familiar lleno de recuerdos que huelen a canela, nuez y amor.
Así que ya está dicho: ha comenzado la ruta, y esta fue solo la primera parada. Seguiremos probando, contando y celebrando este manjar de temporada. Porque si algo tenemos claro, es que cuando se trata de chiles en nogada, la vida sabe mejor con cada cucharada. Este año el maridaje perfecto corre a cargo de los vinos de Rueda de España muy famosos por sus vinos blancos frescos, aromáticos y expresivos, elaborados con la uvaVerdejo, la gran protagonista de esta denominación de origen. Bornos sin duda será una etiqueta que siempre recordarás.


¡Que viva el chile en nogada! ¡Y que nunca se acabe la temporada!
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