Cuando viajamos a otro país, siempre tenemos la curiosidad de saber qué opinan de México. Nos hemos topado con grandes respuestas, por ejemplo, en la India, ni siquiera saben de nuestra existencia, como hablábamos español pensaban que éramos españoles.
En Europa la cosa cambia, pero algo que nos sorprendió es que 9 de cada 10 personas relacionan a México con Cancún y la Riviera Maya. Y pues quiénes somos para negar que sus aguas turquesas, playas blancas, su cultura maya ancestral, cenotes por doquier, su vegetación exuberante y por supuesto la calidez de las personas pone muy en alto el nombre de nuestro país.
La propuesta hotelera en esta zona es de la más amplia posible, desde los grandes resorts que invirtieron hace muchos años en esta zona y le dieron ese impulso en todos los aspectos, hasta los pequeños hoteles boutique, que como saben, son nuestros favoritos. ¿Por qué? Servicio personalizado, ubicación estratégica, generalmente con un diseño sofisticado, ofertas imperdibles como excelentes propuestas gastronómicas, son tan sólo un poco de los beneficios de estos hoteles.
Tulum invita al disfrute
Ahora imagina todo esto en la Bahía de Tankah a tan sólo 10 minutos en auto de las ruinas arqueológicas de Tulum, suficientemente lejos del bullicio y fiesta, lo que permite descansar y disfrutar de la naturaleza en todo su esplendor. De hecho, el hotel del que platicaremos se ubica en Tankah III, un fraccionamiento privado con seguridad las 24 horas y acceso controlado, para tranquilidad de vecinos, visitantes y huéspedes.
Nos referimos al Hotel Alea Tulum, un nombre muy ad hoc, haciendo alusión al sol y es que aquí el mar Caribe recibe cada día esos primeros rayos que acarician muros y ventanas. Tiene sólo 21 habitaciones, con vista al mar entre balcones y suites con terrazas y alberca propia. La vegetación juega entre sus dos albercas y el edificio, creando una atmósfera de relajación total con el mar a unos metros.
Hablemos de descanso
Su diseño de interiores juega con materiales naturales como madera Yasnic, laja verde, piedra prehispánica y roca caliza, sin duda es un estilo muy mexicano con toques de modernidad fusionada con la naturaleza. Si requieres algo, utiliza su app My Guest, desde room service, hasta un tour o traslado al aeropuerto. Por cierto, su minirefri se rellena cada día con aguas, cerveza o refrescos, al igual que su estación de café Nespresso.
Para esos nómadas viajeros como nosotros, cuenta con una línea de 50 Mbps y línea dedicada, no compartida con ningún otro edificio, para navegar por internet a alta velocidad, vaya que nos ayudó con una reunión que tuvimos por zoom.
Otro plus que hemos estado remarcando en cada hotel que visitamos es su compromiso con el medio ambiente. Aquí se trabaja con agua embotellada en envases de vidrio retornables, además de la eliminación de todo plástico de un solo uso tanto en habitaciones como en restaurante, incluyendo popotes de fibra de agave biodegradables.
Espacio zen
Encuentra tu equilibrio mientras exploras la zona que por cierto también tiene mucho de aventura. Dentro del fraccionamiento a unos metros del hotel, descubrirás un cenote al aire libre, de agua turquesa, muy popular por su inquilino que se hizo viral en redes y que nada muy a gusto entre los visitantes. Nos referimos a Panchito un cocodrilo que tiene fama de ser amigable y vive en el Cenote Manatí. Sí continúas por ese camino encontrarás el Hotel Mereva, hermano de Alea.
Pero si quieres un momento de paz y tranquilidad, del otro lado encontrarás el Hotel Nerea, el más reciente Hotel del Grupo Nahuma, donde ofrecen diversos tratamientos relajantes y revitalizantes para el cuerpo, así como faciales que pueden ser aplicados en el spa, pero recomendamos ampliamente tomarlo en uno de los muelles que tiene cada hotel, o en la terraza de tu habitación.
Propuesta gastronómica
Queremos hacer un gran paréntesis en este apartado, porque el trabajo en la cocina que se vive aquí merece una estrella y no precisamente del cielo de Quintana Roo. El restaurante Tz’onot, cuyo nombre significa cenote en maya, ofrece una cocina mexicana con mucha alma, con el distintivo sazón de su Chef Ejecutivo Carlos Peregrina, originario de Puebla.
Buscando entre recetas ancestrales, su cocina hace honor a las preparaciones autóctonas, dignas de la cocina mexicana originaria, dando oportunidad de viajar por diversas regiones de México como lo es con su barbacoa del centro del país, el ceviche de Sonora y el robalo en recado negro como un homenaje a Yucatán, entre otros platillos que se complementan con panes, mermeladas y moles hechos en casa. Todos ellos con ingredientes frescos, locales y orgánicos.
Al mismo nivel de las sazones, sus maridajes rayan en la perfección, con una mixología clásica pero enalteciendo espirituosos nacionales y vinos boutique mexicanos para emparejar con los platillos mencionados. Si bien no es un hotel todo incluido, su tarifa incluye desayuno americano.
Entre el azul turquesa y el inframundo
Su muelle que marca una línea al infinito turquesa, no sirve sólo para tomar increíbles fotos o tener momentos de paz en sus hamacas o en esas sesiones de spa. Aquí llegará tu embarcación ya sea para nadar con mantarrayas, tortugas marinas, visitar arrecifes o apreciar desde el mar la mundialmente famosa Zona Arqueológica de Tulum.
Creo que no hace falta escribir más para que vivas unos días de arena y sol en un espacio donde la hospitalidad y la gastronomía son de otro nivel y que sin dudarlo pensarás volver a vivir una experiencia Nahuma, ya sea en el hotel Alea o sus hermanos Mereva y Nerea que muy pronto hablaremos de sus diferentes conceptos.
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