Montreal no solo es una ciudad de arquitectura europea y gastronomía de primer nivel; también es la capital espiritual del hockey sobre hielo. Este no es solo un deporte en la ciudad, es una religión. Y lo mejor es que no tienes que ser un experto para vivir la emoción de un partido y contagiarte de la energía de miles de fanáticos apasionados.
Tuvimos la oportunidad de vivir un partido de la 4 Nations Face-Off en el Bell Centre, casa de los Canadiens de Montreal entre la selección de Canadá y Estados Unidos y pues ya se imaginarán el gran ambiente que se vivió

Un Deporte Nacido en Montreal
Aunque el hockey sobre hielo tiene antecedentes en otros países, fue en Montreal donde tomó forma como un deporte organizado. El primer partido oficial se jugó aquí en 1875, y en 1917 se fundó la NHL en el icónico Hotel Windsor de la ciudad. Desde entonces, los Canadiens de Montreal se convirtieron en la franquicia más ganadora de la historia, con 24 Copas Stanley, más que cualquier otro equipo.
Pero no necesitas aprenderte estos datos para disfrutar la experiencia. Solo basta con entrar al Bell Centre, el estadio de los Canadiens, para sentir cómo la piel se eriza con el rugido de más de 21,000 aficionados vestidos de rojo, azul y blanco. El ambiente es eléctrico, las jugadas rápidas y los golpes contra el cristal te hacen saltar del asiento. No importa si entiendes todas las reglas, lo que importa es dejarse llevar por la emoción colectiva.

El Hockey Está en Todas Partes
Si no alcanzas boletos para un partido, la ciudad sigue respirando hockey en cada esquina. Desde bares deportivos repletos de pantallas hasta pistas de hielo al aire libre donde locales de todas las edades juegan espontáneamente, este deporte está en el ADN de Montreal. Además, puedes visitar el Viejo Puerto en invierno y patinar en una pista rodeada de luces, o hacer un recorrido por el Museo de los Canadiens dentro del Bell Centre para conocer más sobre su historia legendaria.
¿Por Qué Ver un Partido de Hockey en Montreal?
- Ambiente inigualable: Desde el himno nacional hasta la última jugada, la intensidad nunca baja.
- Velocidad y acción: Jugadas vertiginosas, choques contra el cristal y disparos a más de 160 km/h.
- Conexión con la ciudad: Es una de las mejores formas de conocer el alma de Montreal.
- Diversión asegurada: Aunque no sepas nada, saldrás emocionado y con ganas de volver.
En Montreal, el hockey no es solo un deporte, es una forma de vida. Y vivir un partido aquí es sumergirse en una tradición vibrante que une a toda la ciudad bajo el mismo grito de pasión. No importa si no puedes distinguir un ‘hat-trick’ de un ‘power play’, lo que importa es estar ahí y dejarse llevar. ¿Te animas?
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