Las Brisas, en Acapulco, un paraíso color de rosa, muy cerca de la CDMX. Un destino que encuentras en nuestra revista de septiembre.

Escápate a Las Brisas, ese paraíso color de rosa en Acapulco

Sin temor a equivocarnos, todos los capitalinos tenemos al menos un gran recuerdo en Acapulco, ese paraíso del Pacífico que por años ha sido nuestra escapada favorita para sentir la arena bajo nuestros pies y presenciar momentos mágicos a la orilla del mar. El Hotel Las Brisas se convirtió en uno de sus íconos más emblemáticos que revolucionó el concepto de hospedaje y lujo para nacionales y extranjeros.

Inaugurado en diciembre de 1954, presentó un concepto de hospedaje único para su época: 40 cabañas de lujo con albercas privadas distribuidas en 16 hectáreas de jardines con tulipanes, evocando la arquitectura californiana del momento.

El arquitecto Jorge Madrigal fue el creador de esta joya acapulqueña, reconocida por sus icónicos colores blanco y rosa, que han acogido desde celebridades hasta miembros de la realeza. Todo un referente de la época dorada del destino mexicano. No obstante, para contar la historia de nuestro querido Acapulco debemos remontarnos muchos años atrás. ¿Cómo llegó a convertirse en un destino clave para el turismo exclusivo de placer y negocios?

La época dorada de Acapulco

Por sus características geográficas, Acapulco se convirtió en una bahía autorizada por la Corona española para comerciar directamente con Asia, lo que dejó una playa sucia e insalubre. La bahía estuvo prácticamente abandonada durante un siglo. Con el tiempo, surgieron estudios de los beneficios de estar cerca del mar y así Acapulco fue redescubierto no por comerciantes, sino por viajeros.

En 1931 se inauguró la carretera 95 que conectaba el destino con la capital del país, facilitando la llegada de turistas en automóviles. Comenzó a crecer el interés por explorar su belleza natural, llamaba la atención el parecido de La Quebrada con el paisaje de la Riviera Francesa, un destino ya reconocido gracias a la reina Victoria.

Los primeros hoteles fueron construidos en los peñascos que recordaban al Mediterráneo y así, poco a poco, Acapulco se fue consolidando como un destino paradisiaco con aguas de azul intenso, arena clara y un clima perfecto para el disfrute. Durante la Segunda Guerra Mundial se convirtió en una opción ideal para los estadounidenses que solían vacacionar en Europa.

Para los años cuarenta ya era un punto de encuentro para las personas más adineradas y famosas. Surgió entonces una gran oportunidad para los arquitectos deseosos de edificar en este prometedor destino tropical, enfrentando las exigencias del terreno, el clima y los nuevos turistas. Esto propició un auge económico para el país a través del turismo exclusivo.

En 1952, Mario Pani y Enrique del Moral construyeron el aeropuerto de Acapulco, lo que impulsó aún más el turismo desde la Ciudad de México y otros países del mundo.

Las Brisas: ícono del lujo y privacidad

Con el impulso del desarrollo de Acapulco, nació este hotel, con una fórmula ganadora que encajaba muy bien con los requerimientos de los nuevos visitantes. Entre sus principales ventajas destacaban la privacidad, el encantador espacio y las impresionantes vistas al mar. Desde su apertura, y en la década siguiente, se había convertido en uno de los mejores hoteles del mundo, atrayendo a las celebridades más destacadas Hollywood, la música y hasta miembros de la realeza europea.

Pero una popularidad de tal magnitud no podía pasar desapercibida en películas y canciones. En 1963 Elvis Presley inmortalizó el hotel con su película “Fun in Acapulco”, lo que atrajo a aún más personalidades de la élite mundial al destino mexicano. Entre ellas, Ringo Starr de Los Beatles, quien quedó tan maravillado que le dedicó una melodía en 1976 entre trompetas y guitarras como auténtica canción mexicana, con la letra en inglés:

Las cabañas de Las Brisas están perfectamente diseñadas para ofrecer una privacidad total, lo que resultaba muy atractivo para las personalidades de alto perfil. En sus pasillos era posible encontrarse con celebridades como Elizabeth Taylor, Mick Jagger, Jackie Kennedy en su luna de miel, John Lennon, la Reina Isabel II, entre otros.

Durante las siguientes décadas, el turismo en México logró expandir territorios de en sueño como Cancún y Los Cabos, pero para los ‘chilangos’, el puerto de Acapulco siempre ha sido el escape perfecto para encontrar paz y serenidad o bien, divertirse con la familia y que mejor hacerlo en lo más alto de la bahía entre sus albercas, cabañas y hermosos jeeps rosas que sólo el Hotel Las Brisas tiene para ti.

Este viaje no termina aquí

Te invitamos a leer más historias como esta en la edición de septiembre de La Revista, misma que puedes consultar en el siguiente link.

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