VICTORIA

El xoloitzcuintle, el mole y Victoria: el verdadero sabor del reencuentro mexicano

La mesa está puesta en México y las copas se alzan, no para brindar por el olvido, sino para celebrar esa memoria testaruda que se niega a marcharse. El Día de Muertos es una cátedra de sabor y tradición que se degusta con fervor, una fiesta donde el auténtico paladar nacional se encuentra con el rito ancestral.

Es en este crisol de aromas y colores donde una cerveza como Victoria se ha convertido, por más de diez años, en una embajadora de lujo de nuestra identidad irrepetible. Nos invitan a recorrer este puente inmaterial que une a los vivos con los que ya se adelantaron, recordándonos que el afecto sincero nunca conoce de fronteras o de planos existenciales. ¿A ti, quién te espera de regreso en esta travesía de especias, dulzor de pan de muerto y espuma?

Victoria

La lealtad en cada trago mexicano

Esta marca cervecera con arraigo profundo en lo nuestro nos entrega su nueva ofrenda, “A ti, ¿quién te espera?”, un relato animado que destila lealtad pura. Los protagonistas son Jorge, un tendero que te recordará a ese amigo de barrio, y Rogelio, un xoloitzcuintle que es, según la cosmovisión mexica, el guardián peludo de las almas que cruzan.

Este encuentro cotidiano en la tienda se transforma en un lazo de fidelidad que trasciende el umbral de la vida para reafirmarnos una verdad: el amor no se esfuma. Pásate ese documental de más de dos mil quinientos cuadros pintados a mano, te aseguro que es una obra maestra que exalta con emotividad la maestría del arte mexicano.

VICTORIA

Tradición que se bebe y se cuenta con orgullo

La conmemoración de Día de Muertos, más que una simple fecha en el calendario, es un banquete sensorial donde cada elemento en el altar cuenta una parte de nuestra historia culinaria. El pan de muerto con su aroma cítrico y las figuras de huesos de masa nos recuerda a la eucaristía y a la generosidad de la tierra. El mole negro profundo y complejo, y el atole humeante son ese abrazo reconfortante que nuestras almas necesitan tras el viaje largo y agotador, todo ello puesto con fervor para el regreso temporal de los nuestros.

Victoria sabe de esto y por ello su campaña se vuelve un vehículo cultural, honrando la herencia y logrando una conexión emocional con todos nosotros, los consumidores ávidos de autenticidad. La botella de edición especial con el rostro del fiel xoloitzcuintle Rogelio es ya un objeto de culto.

El gesto de Victoria no es solo marketing, es un compromiso con la raíz de este país que, aunque se burla de la parca, la respeta con una ofrenda digna de reyes. Si andas en Morelia, te invito a que busques la proyección en el marco del Festival Internacional de Cine de Morelia para que te empapes de esta narrativa, o simplemente te sientes en casa, sirviéndote la edición especial aquí. Acompaña ese momento con un buen pan de muerto, piensa en los tuyos y honra esa memoria que nos hace ser quienes somos; es un reencuentro que sucede en el paladar y en el corazón.

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