La montaña, con su nombre algonquino que significa Montaña temblorosa, respira bajo el sol mientras el aire trae el eco de las hojas que caen y la promesa de un nuevo inicio, un momento de quietud antes de que el blanco se apodere del paisaje.
La Provincia de Quebec, con su carácter acogedor y su alma enérgica, se transforma en esta temporada en un escenario mágico lleno de matices y colores cálidos. Aquí la luz dorada baña los bosques y la vida, de manera natural, tomando un ritmo más pausado, sin prisa. Desde su apertura en 1939, este destino ha sabido reinventarse, ofreciendo una experiencia mágica que va más allá de la nieve, una historia que se renueva con cada otoño.
El Director de Ventas de Station Mont Tremblant, Alex Caron, nos compartió que esta es la época favorita de muchos viajeros, un auténtico poema que te invita a la calma, con el sonido de las hojas que caen. Es un lugar que tiene la virtud de sorprender, un mosaico de sensaciones que te envuelven y te invitan a perder la noción del tiempo. El otoño es un llamado a la naturaleza, una oportunidad para acercarse y vivirla con todos los sentidos, una vivencia que te transforma.
Un viaje de sensaciones y colores
La llegada a Mont-Tremblant desde Ciudad de México es un viaje sencillo, un vuelo de poco más de cinco horas a Montreal para después emprender una travesía de una hora y media en carretera, una ruta que te desconecta del mundo. Es un respiro en el camino, la perfecta combinación entre la cosmopolita Montreal y la serenidad del bosque, una forma de sumergirte en un mundo distinto. Una vivencia que te muestra la belleza de la sencillez.
En este rincón canadiense, el otoño es sinónimo de actividades al aire libre, con la oportunidad de conocer la montaña a fondo, una forma de reconectar con la naturaleza. Puedes subir en góndola para ver el tapiz de colores, o recorrer los senderos en bicicleta, o simplemente caminar sin prisa por el bosque.
Para una vivencia fuera de lo común, Moment Factory ha creado un espectáculo nocturno que combina luces y sonido, una inmersión en el bosque que fusiona arte digital e historias locales, un cuento que te envuelve, una experiencia que te transporta a un lugar de ensueño.
Para quienes prefieren el agua, navegar en el lago Tremblant es un deleite. Los spas invitan a una auténtica relajación con la vista de los árboles. Degustar la sidra y el jarabe de arce, emblemas del lugar, es un viaje por la tradición.


Sabores que cuentan historias
La gastronomía en Mont-Tremblant, con su sencillez, rinde un hermoso tributo a la tierra, con ingredientes que se adaptan a la estación. Los sabores de calabaza, betabel y raíces son los protagonistas, una auténtica fiesta para el paladar.
Los restaurantes, sin buscar estrellas Michelin, ofrecen una calidad única, con productos frescos que realzan cada bocado, una muestra de que la calidad se encuentra en la honestidad de los ingredientes, una forma de saborear la región. Hay tres lugares que debes conocer para experimentar la esencia culinaria de la región, el primero es La Savoie, un refugio para disfrutar de un fondue o raclette, con su ambiente alpino, una vivencia reconfortante.
El segundo es Le Bistro at Bel Air Tremblant, con su ambiente sofisticado, pero relajado, con un menú creativo, es el lugar ideal para degustar platillos elaborados. Y el tercero es SEb L’Artisan Culinaire, con su propuesta de alta cocina artesanal y de autor, un espacio para un viaje por el mundo de los sabores.
Entre sidra caliente, poutine y jarabe de arce, el otoño también se saborea, una experiencia que te conquista, un banquete para los sentidos.


Un lugar que te invita a quedarte
Para prolongar la experiencia, hay opciones de alojamiento que se adaptan a todos los gustos y necesidades, desde un lujo clásico hasta una atmósfera acogedora. Tienes el Fairmont Tremblant, un ícono al pie de la montaña, con un spa y vistas espectaculares, un lugar para recargar energía.
O el Hôtel Quintessence, una boutique con suites frente al lago, ideal para una escapada romántica, con un ambiente de ensueño. Y por último, Le Westin Resort & Spa Tremblant, una excelente ubicación en el pueblo, con una atmósfera muy cálida, perfecta para sentirte en casa.
La región aprovecha la temporada para organizar festivales de música, carreras de montaña y eventos deportivos. Su ambiente es el mejor, en las terrazas con sol, los bares animados y la cálida hospitalidad de la gente de Quebec está el verdadero encanto de la región.


Es un festejo de los sentidos, un viaje que te renueva, un estado de ánimo que se contagia. Es un destino que te invita a quedarte, un viaje que te regala momentos que duran para siempre.
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