Casa Morales, por un rinconcito de Tlaquepaque

El Pueblo Mágico de San Pedro Tlaquepaque, es un lugar lleno de historia, recorrer sus calles y andadores te transmiten un aire familiar y tradicional que te invita a pasar días inigualables y maravillosos; hoy forma parte de la metrópolis de Guadalajara, a tan sólo 15 minutos, y es un destino obligado para todo aquel que busque arte mexicano, al ser una de las ciudades mexicanas con mayor tradición artesanal gracias a la alfarería y demás técnicas que se fusionan y crean piezas dignas de admiración que incluso llegan a exportarse a países como Japón y Alemania.

La gastronomía local es encantadora, sazonada con calidez de hogar y con tintes de alta cocina. No puedes irte de Tlaquepaque sin conocer su presidencia municipal, el museo del Refugio y la plaza El Parian a la que te recomendamos ir con el estómago vacío y donde también podrás disfrutar, durante las noches, de espectáculos tradicionales al ritmo de la música del Mariachi; dar un paseo por la calle Independencia te sorprenderá, muchos de los mejores artistas y joyeros del país tienen alguna tienda en esta calzada.

Casonas de Tlaquepaque llenas de historias

En este Pueblo Mágico encontrarás muchas casonas en el corazón del municipio, cada una con su propia historia que la hace única y especial. Entre las más famosas destacan la Casa Histórica, donde se presume se hospedó Miguel Hidalgo y Costilla, la Casa del Artesano, El Museo Regional de Cerámica y la Casona de Nuestros Dulces.

La historia del lugar no sólo se cuenta a través de los documentos escritos, también se aprecia en la arquitectura de sus edificios. Las calles del centro histórico nos remontan al pasado, a la época Colonial. La mayoría de las casonas se construyeron entre finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX, donde las primeras familias adineradas de Guadalajara, quisieron tener una ‘casa de campo’.

A descansar en el centro del Pueblo Mágico

En estos días nos hospedamos en una de ellas, llamada actualmente Casa Morales, un hotel boutique de estilo colonial mexicano, una muy buena opción para descansar y relajarse aprovechando un servicio único, donde su dueña, Esther, oriunda de Tlaquepaque, toda la vida soñó con tener una casa donde se pudiera sentir la calidez de la cultura mexicana así como los colores, las tradiciones, las costumbres y la comida, para que cada visitante saliera aún más enamorado de México.

¡Y vaya que lo logró!, cuenta con siete suites con opciones de cama king, queen y dos camas dobles, cada una diferente y única, en donde cada elemento de la habitación es una artesanía o reliquia curada de manera impecable. Es un deleite pasearse por toda la casa, desde su jardín, su fuente en el centro, pasillos y paredes adornan con artesanías mexicanas únicas y obras de arte hechas por artesanos galardonados de Tlaquepaque, Tonalá, Michoacán, Chiapas y Oaxaca.

Hospedarse con Esther, es como llegar a la casa de la tía lejana que no has visto en tanto tiempo que te recibirá siempre con una gran sonrisa y amor, además de que te recomendará excelentes restaurantes, actividades del día; por la ubicación no te preocupes, estarás en el corazón de este Pueblo Mágico.

Tlaquepaque es una joya cultural donde disfrutarás de la mejor música de mariachi, tequila, gastronomía inigualable, artesanías y la calidez de sus costumbres y tradiciones.

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