Barolo

Barolo: Donde el diseño y la cocina italiana te invitan a cenar

El restaurante más bonito para una first date y para un festín italiano con menú degustación que te hace suspirar.

Hay lugares que te atrapan por la vista y otros que te conquistan por el paladar… Barolo hace ambas cosas a la vez. Este restaurante en la Roma Norte no solo presume de ser uno de los spots más bonitos de la ciudad (spoiler: sí lo es), también ofrece una experiencia gastronómica que celebra lo mejor de la cocina italiana con un menú degustación que vale cada cucharada.

La atmósfera: Un refugio de romance y distinción

Desde que cruzas su umbral, sientes que has llegado a un lugar diseñado para disfrutarse despacio, con calma. La luz cálida, los detalles en madera, las texturas que envuelven, todo crea un ambiente acogedor. Su estética sugiere esa «primera cita perfecta», un escenario ideal para conversar con tranquilidad. Barolo teje una atmósfera propicia para brindar y saborear cada instante sin prisas.

Es el tipo de espacio al que puedes ir en plan romántico o con amigas, siempre sintiendo que es una buena decisión. Cada visita se convierte en una ocasión memorable, un placer que te invita a regresar pronto.

La estrella de la mesa: El menú degustación del Chef Rafael Prado

Fuimos a probar su menú degustación y… sí, fue amor a primer bocado. Se trata de una selección especial que cambia según temporada, ingredientes frescos y la inspiración del chef Rafael Prado. Cada plato llega con presentación impecable y sabor que se queda dando vueltas en la memoria.

Uno de los favoritos de la noche fue el poro asado con taleggio, bañado en una salsa de poro quemado con un toque de cebollín y aceite de oliva; suave, jugoso y perfectamente equilibrado. 

También brilló el agnolotti del plin, una pasta rellena que llegó con una delicada salsa de vino tinto y un toque de jugo de carne que te abraza el alma; reconfortante, casero, con ese sabor que te transporta directamente a una cocina del Piamonte.

Y para cerrar con broche de oro, un postre que rompió esquemas: panna cotta de pixle con helado de mamey y aceite de oliva. Una combinación inesperada, cremosa y perfectamente balanceada entre lo dulce y lo herbal, que te deja con la cucharita en alto y una sonrisa feliz.

Todo esto, por supuesto, maridado con etiquetas seleccionadas que acompañan cada platillo con precisión, elevando aún más la experiencia.

Una experiencia culinaria que narra historias

Lo que hace especial este menú es que no solo es una comida, es toda una narrativa de sabores: empieza suave, va creciendo en intensidad y termina con un postre que te hace cerrar los ojos del gusto. Es perfecto para quienes disfrutan comer bonito y bien, para aquellos sibaritas que quieren probar de todo, o simplemente para quienes están listos para darse un gusto bien merecido.

Y sí, puedes pedir a la carta, pero nuestra recomendación es que te lances directo al menú degustación y te dejes sorprender. Vale completamente la pena.

Barolo: Un destino al que siempre se quiere volver

Barolo pertenece a esa selecta categoría de lugares que dejan una huella de felicidad, invitando a un retorno incesante. Combina diseño cuidado, un ambiente relajado, un servicio atento que te hace sentir especial. Su comida realmente emociona, una experiencia que conmueve el paladar y el alma. Es el telón de fondo perfecto para cualquier celebración o simplemente para elevar la cotidianidad.

Así que si buscas dónde cenar exquisito, sentirte genuinamente apapachado y salir diciendo “¡qué excelente elección!”, Barolo es la respuesta.

Recuerda que Verest Magazine también está en redes sociales.

¡Disfruta más Experiencias Verest!

Sepia: Un pedacito de Italia que se sumerge en el mar mexicano