Creo va a llover, se siente en el ambiente, aunque las nubes lucen blancas están muy bajas. Caminar por la ribera del Lago de Chapala es una costumbre cada que visito Guadalajara, sus aguas tienen algo que me incitan a volver. En esta ocasión elegí el Pueblo Mágico de Ajijic, su nombre proviene del náhuatl Axixic y quiere decir “lugar donde brota el agua”. Desde 1930, este pueblo empedrado entre las montañas verdes y el agua de Chapala es el hogar de miles de extranjeros seducidos igual que yo.
¡Corran!, gritan las madres a sus hijos y realmente todos corremos y por arte de magia las nubes blancas arrasaron el pueblo entero. Fue una lluvia diferente, es como si lloviera de manera horizontal, unas gotas finas y tibias terminaron de mojarme mientras llegaba un café.
Ajijic tiene un encanto seductor lleno de color en sus fachadas y con ese naranja en los tejados. Sus cafés, restaurantes, pequeñas boutiques con souvenirs hechos por artistas locales, americanos, canadienses, guanajuatenses y todo aquel que decida expresarse.
La lluvia pasó en un abrir y cerrar de ojos y cayeron los últimos rayos del sol como si nada hubiera pasado, pero ese olor cuando llueve no miente, uno sabe que el agua hizo de las suyas en el piso y suelta su aroma que me acompañó hasta llegar a mi hotel.
Ahora hablemos de arte
Al día siguiente amaneció despejado, con el cielo azul y ese verde en los cerros que cautiva el alma, yo mientras voy por un café y unas donas. Ya más despierto y sin hambre, me dirijo a la Privada Flores Magón No. 3, en el Barrio de Guadalupe, uno de los cinco barrios más antiguos de Ajijic, donde se encuentra el Museo de Arte a encontrarme con el maestro Efrén González.
El lugar estaba cerrado, creo era muy temprano, le mando un mensaje y dice que mejor lo alcance en el Centro Cultural Ajijic que se ubica en Jardín Norte frente a la plaza principal, lo bueno que las distancias son cortas, aunque la verdad me encanta caminar.
Me sorprende que se respire tanto arte en el ambiente, y personas como el maestro Efrén y sus colegas artistas arrasan a su paso como un mar violento con sus pinturas, fotografías, esculturas.
Espacios como estos muestran las raíces artísticas que han vivido y experimentado, durante muchos años en este lugar. Como la surrealista estadounidense Sylvia Fein, contemporánea de Frida Kahlo quien estuvo en Ajijic en los años 40, o Neil James una de las promotoras más importantes por su labor como formadora de varias generaciones de artistas de la región.
En Ajijic también se rinde tributo
A una cuadra y media del lugar, en Marcos Castellanos y Parroquia pude apreciar tal vez su obra más conocida “El Muro de los Muertos”. Está compuesta por numerosas piezas de barro con calaveras que honran la memoria de algunas personas fallecidas en el pueblo. La obra se hizo en 2016 y está inspirada en el Tzompantli, el muro ritual conformado por cráneos humanos en la época prehispánica.
Las calaveras se realizaron con un único molde y cada pieza cuenta con un orificio en el que se coloca una veladora el 1 y 2 de noviembre. Vivir el encendido de las velas es una de las experiencias más hermosas que he vivido durante mis 39 años de existencia.
Pese a no conocer a María o a John, el recuerdo de mis seres queridos que se adelantaron estuvo presente y fue un placer en esta ocasión alumbrar el camino de ellos y hacer una oración.
Va por quienes ya no están
“Todo lo que está vivo morirá, todo lo bueno y lo malo se acabará, todo lo que es fuerte y lo débil tendrá fin. Todo lo que respira tendrá que expirar, todo lo que tiene fama se olvidará, todo el que se cree indispensable perecerá.
Todo creador: los que cantan, los que bailan, los que admiran, los que subestiman, los que critican dejarán de existir y si alguno de todos ellos tiene suerte alguien pondrá su nombre en un muro y así serán recordados un poco más, se les cantará, se les bailará, se les subestimará, se les criticará y luego finalmente junto con el muro dejarán de existir.
No vivirás para siempre, crea una obra de arte por la que se te recuerde, hazlo ahora. No tienes mucho tiempo. Di lo que tengas que decir, aunque tengas que gritar para ser escuchado. Si debes pelear para defenderte, si necesitas pedir perdón o perdonar para seguir adelante. Come, canta, ama, bebe, baila, vive. vive.” Efrén González.
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Fotografías Umberto Estrada