Hablar del Tren Maya es hablar de una de las infraestructuras más ambiciosas en México. Desde su concepción, ha generado opiniones divididas: por un lado, la promesa de desarrollo y conectividad; por otro, las preocupaciones sobre su impacto ambiental en la selva y las comunidades mayas.
Como viajeros y líderes de opinión, decidimos vivir la experiencia de primera mano, analizar su funcionamiento y ver con nuestros propios ojos cómo se integra en la región. No buscamos dar una respuesta definitiva, sino compartir nuestra experiencia para que cada quien forme su propio juicio con información y vivencias reales.
Nuestra aventura comenzó en Mérida con destino a Campeche. Dos horas de recorrido que, más que un simple trayecto, se convirtieron en una travesía entre selvas, ruinas mayas y paisajes que parecían salidos de un libro de historia. Pero, como en todo primer viaje, hubo cosas que hicimos bien y otras que definitivamente nos hubiera gustado saber antes de subir al tren. Aquí te contamos todo lo que aprendimos para que tu primera vez sea perfecta.

Un recorrido en desarrollo: lo que viene
El Tren Maya no sólo conecta Mérida y Campeche, sino que forma parte de un ambicioso circuito que recorrerá más de 1,500 km a lo largo del sureste mexicano. Son un total de 34 estaciones y actualmente, la mayoría ya están activas. Se podría decir que el inicio del recorrido inicia en Palenque en el estado de Chiapas, para después pasar por Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo, cerrando el circuito completo en Campeche nuevamente en la estación de Escárcega.
Justo las últimas estaciones que hacen falta aperturar están después de Felipe Carrillo Puerto en el estado de Quintana Roo, en este tramo la estación de Calakmul, es una de las más esperadas por su cercanía con la zona arqueológica.
Si planeas hacer un recorrido más largo en el futuro, podrás aprovechar conexiones a estos destinos clave, donde cada estación ofrece una experiencia diferente, desde ruinas arqueológicas hasta paisajes selváticos y comunidades mayas que aún preservan sus tradiciones.
Dormir en la selva: hoteles en el camino
Para quienes buscan una experiencia más inmersiva en la naturaleza, existen hoteles en la selva diseñados para conectar con el entorno y ofrecer un descanso único en medio de la biodiversidad del sureste mexicano. Algunos de los Hoteles del Tren Maya más destacados son:
- Edzná (Campeche): Ideal para quienes desean explorar las antiguas ciudades mayas y disfrutar de una estancia en un entorno natural espectacular.
- Calakmul (Campeche): Perfecto para los viajeros que buscan adentrarse en la selva y visitar una de las zonas arqueológicas más impresionantes de México.
- Tulum (Quintana Roo): Con 13.5 hectáreas de extensión y 352 habitaciones, es el más grande del proyecto. Albercas, gimnasios y amplias áreas verdes lo convierten en un oasis moderno a solo 3 kilómetros de las playas caribeñas.
- Chichén Itzá (Yucatán): Ubicado a sólo 500 metros de la icónica zona arqueológica, este hotel será un portal privilegiado al corazón del mundo maya. Sus dos torres se alzan como guardianes de una historia milenaria.
- Nuevo Uxmal (Yucatán): Enclavado en un parque ecoturístico que conecta la zona arqueológica con la estación de Calkiní. Con 160 habitaciones, se convierte en una puerta abierta al pasado, entre selva, piedra y silencio.
- Maya Palenque (Chiapas): A pocos minutos de la legendaria zona arqueológica, ofrecerá próximamente una estancia rodeada de naturaleza y misticismo.



Di que sí a esto
Comprar los boletos con antelación. Aunque el Tren Maya es una maravilla de la infraestructura moderna, la demanda puede ser importante en temporada alta. Asegurar nuestros asientos con tiempo evitará sorpresas. Sin embargo, puedes comprarlos también en cada una de las estaciones.
Revisando la página sale un convoy a las 9:00 am desde Palenque y 9:30 am desde Cancún. Si viajas desde una estación intermedia, como Mérida, consulta la plataforma en línea para confirmar los horarios, ya que pueden variar; por ejemplo, los trenes hacia Cancún salen alrededor de las 3:30 pm y 5:30 pm, y hacia Palenque, a las 10:20 am y 12:20 pm.
Llegar con tiempo a la estación. Aunque el abordaje es bastante ágil, llegar con al menos 30 minutos de anticipación nos permitirá ubicar nuestro vagón con calma y disfrutar del proceso sin estrés.
Sentarnos junto a la ventana. No hay mejor manera de disfrutar el paisaje. Desde la selva hasta los pueblos coloridos y las zonas arqueológicas en el horizonte, cada kilómetro es un espectáculo visual.
Consultar las paradas intermedias. Algunas estaciones permiten descender y explorar un poco. Si tenemos oportunidad, podemos planificar bien nuestro tiempo para aprovechar estos puntos de interés.

Lo que NO debemos hacer
Dar por hecho que tendremos señal todo el tiempo. Aunque el tren cuenta con algunas facilidades tecnológicas, hay tramos donde la cobertura de internet es irregular. Mejor descargar mapas, guías o entretenimiento antes de abordar.
Olvidar llevar efectivo. Aunque la mayoría de los servicios son digitales, algunos puestos en las estaciones o mercados locales pueden no aceptar tarjetas.
Subestimar el clima. El sureste mexicano puede ser caluroso y húmedo. Llevar ropa cómoda, bloqueador solar y suficiente agua para mantenernos hidratados es clave.
Quedarnos dormidos (o al menos no todo el trayecto). Es tentador descansar con el suave movimiento del tren, pero nos perderíamos de vistas impresionantes y una conexión única con el entorno.
El impacto ambiental: preguntas abiertas para reflexionar
Es innegable que el Tren Maya ha despertado preocupaciones sobre su impacto en la selva y las comunidades locales. Al viajar en él, nos preguntamos cómo está afectando realmente al ecosistema y qué medidas se están tomando para minimizar estos efectos. Vimos esfuerzos por preservar ciertas áreas y promover el turismo sustentable, pero también escuchamos inquietudes de la población local sobre los cambios que está trayendo consigo.
Como viajeros responsables, creemos que es fundamental informarse, cuestionar y exigir que los proyectos turísticos y de infraestructura sean realmente sostenibles. La belleza del sureste mexicano es invaluable, y el equilibrio entre el desarrollo y la conservación debe ser prioridad. Al final, cada uno de nosotros debe decidir si el Tren Maya representa una oportunidad o un desafío para la región. Lo importante es hacerlo con conocimiento y conciencia.
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