En el mundo del turismo, donde los destinos se venden muchas veces por su postal más espectacular, hay quienes entienden que viajar va más allá de moverse de un lugar a otro, sino más bien se trata de conectar con la gente, los silencios, los momentos que en ocasiones parecieran invisibles pero que ahí están y dicen mucho.
Román Gómez, conocido en redes sociales como @Playadura, fotógrafo, creador de contenido y embajador global de Fujifilm, es una persona que con el paso de los años ha comprendido que su trabajo no se trata de capturar una imagen bonita o hacer un reel o un video perfecto porque cumple con las características técnicas, sino que todo se trata de historias; de hablar de personas o lugares que respiran, que tienen alma propia; que es capturar lo que otros quizás no ven, pero que al verlo, sienten.
Con una trayectoria construida paso a paso, sin atajos ni pretensiones, Román nos recuerda que el viaje más importante es aquel que nos lleva hacia lo que realmente nos apasiona. Y que cuando eso se encuentra, cualquier destino puede transformarse en una verdadera obra de arte visual.
Detrás de una mirada curiosa
Si bien no creció con la idea de ser fotógrafo, la tecnología, que le apasionaba, lo llevó a comprar su primera cámara digital, una Sony de 3 megapixeles. Con ella, comenzó a capturar lo cotidiano. “Subía fotos a Flickr sin mayor pretensión, pero lo que me enganchó fue que otras personas veían mis fotos y sentían algo, y ahí descubro que no soy tan malo para eso”, pero además, entendió que una imagen siempre contaba algo.
“Me interesa contar historias, conectar con la gente, llevar un mensaje, ya sea divertido, formal, corporativo…, pero siempre tratar de comunicar, de tocar a la gente con algo”.
Años más tarde, su afición por subir sus imágenes a la red social de aquella época le trajo una gran satisfacción: una foto tomada frente al Estadio Jalisco con un telefoto. “El rostro de una niña de perfil, que está viendo hacia arriba a su papá o alguna de las figuras que iba con ella y tiene en el cachete el escudo pintado de Las Chivas con una mirada como de ilusión. Yo le puse ‘Los rostros de la pasión’, y es una imagen bonita, una imagen a lo mejor a la distancia, quizás está muy sencilla, pero en ese momento para mí fue mucho por lo que significó”.
La imagen fue seleccionada entre 28 mil para publicarse en el libro “Muestra tu México, de Flickr”. Esa validación temprana no le infló el ego, más bien le encendió una convicción de decir ‘esto es lo que quiero hacer’.


Y es que, si lo pensamos bien, en el plano de lo visual puedes estar en tu propia colonia, caminar cinco cuadras o estar de viaje al otro lado del mundo, y siempre habrá algo nuevo por descubrir. Algo que no habías visto antes y que, con atención, puede convertirse en el inicio de un guion capaz de atrapar a más de uno. Todo se trata de estar presente y observar.
A nivel profesional, Román se define como una guía visual, alguien que produce contenidos con intención y dirección. A nivel personal, se asume también como un creador de contenido, pero con una sensibilidad particular que ha sido su brújula en proyectos de gastronomía, retrato documental y fotografía urbana, por mencionar algunos. Donde otros ven un paisaje bonito, él busca capturar una atmósfera emocional.
Cuando la pasión encuentra propósito
Desde hace 6 años, Román es embajador de Fujifilm y no lo hace por buscar fama o patrocinio, sino porque realmente le apasiona lo que hace y también por una afinidad por el producto. “El camino adecuado para ser embajador, y algo que yo he aprendido, es que primero tienes que ser usuario de la marca y entenderla”.
Su primera cámara Fujifilm llegó gracias a uno de sus mejores amigos, Jaime Ávila, quien ya había colaborado con la marca. Juntos se embarcaron en una experiencia para probar el equipo y hacer lo que mejor saben: tomar fotos.
Desde el inicio, Román conectó con la cámara. Le gustaba, la entendía, y los resultados le parecían sólidos desde su perspectiva. A esto se sumó su afinidad por la tecnología y que Fujifilm comenzaba a lanzar al mercado equipos más compactos y ligeros, sin sacrificar calidad, sino todo lo contrario.
“Empiezo a trabajar con la marca porque me convence, y porque en aquel entonces yo tenía que salir mucho a coberturas, y cargar un equipo de 2 o 3 kilos a la espalda en cada evento resultaba complejo”. Así que su pensar se centraba en que si en una maletita cabía todo lo que necesitaba, pues era una buena opción.
Luego de compartir sus resultados, hubo gente dentro de la marca que volteó a verlo. Así fue como se dio la relación. Hoy, como embajador global, representa no sólo una firma, sino una forma de trabajar con ética, honestidad y visión. Muchos quieren ser embajadores sólo para que les regalen equipo. Pero ese no es el enfoque.
“El ser embajador, lo que a mí representa es seguir siendo excelente en lo que hago y en lo que comparto. Es decir, no solamente ser usuario de la marca, sino alinearte con los valores de la empresa, con esta ética, con este nivel de calidad, de excelencia”. Lo importante es entender que una cámara es una herramienta para contar lo que tú tienes que decir.
Porque además, refiere que atrás de esa fotografía tomada con una cámara en particular hay un trabajo muy amplio, es pensar en qué se hará, cómo lo comunicará, a quién va dirigido, en fin, es considerar muchos aspectos, “no nada más es tomar fotos y etiquetar a la marca, sino atrás hay un trabajo inmenso que implica estar con una marca grande”.
Trabajar juntos, no contra los demás
En la charla, Román regresa una y otra vez a una idea que le define: compartir, colaborar, construir comunidad. “Creo que el pastel es demasiado grande para que se lo coma una persona y si tú puedes ayudarle a otra gente a que crea que pueda crear sus propios estímulos, su camino, apoyarlo en algún momento, la vida te lo va a retribuir con algo”.
Es una realidad que en la industria audiovisual la competencia es intensa, pero eso no significa que no se puedan compartir conocimientos, e incluso celebrar los éxitos ajenos. Román nos cuenta que, en sus inicios, muchas personas le tendieron la mano, le prestaron equipo, le dieron consejos, le enseñaron lo que sabían.
Hoy, esa generosidad forma parte de su filosofía de vida. Si alguien necesita su cámara o sus luces, no duda en prestarlas, incluso si no conoce a la persona. Porque, como él dice, nunca está de más ayudar al otro.
“Es importante sanear el medio, dejarnos de ver como competencia, somos un grupo, vamos a hacerlo como industria. Afuera hay mucha competencia, tú tienes que mantenerte siempre a la vanguardia, pero también ser una persona íntegra, una persona con valores, un buen ser humano”.

Contar historias que trasciendan
“Trabajar desde lo que eres, desde quién eres, de cuáles son tus sueños y hacia dónde los quieres llevar, cada camino va a ser diferente, no hay una ruta definida”. Y es justo en este punto que toca hablar de la inspiración y de los proyectos que están por llegar.
Indudablemente encuentra motivación en los suyos: en la familia, amigos, colegas, en fin, en todas esas personas que le han inspirado y dejado algo positivo en su vida. Pero además, en la charla aparecieron nombres como Walt Disney, a quien admira por “ese nivel de excelencia y de calidad”, justo eso para él, es algo a lo que quiere aspirar, por lo que le es muy motivador verlo.
También mencionó a Steve Jobs, por su diseño centrado en el usuario. “Esa obsesión que tenía por crear, por el diseño, por transmitir, para comunicar más allá de ‘esto es un pedazo de tecnología, sino que te enseña a ser, se vuelve parte de tu vida.
Nuevos caminos, nuevas historias
Y justo en este punto tocó hablar de aquello que quiere lograr en la vida para trascender: el cine. Para Román, llevar a cabo este proyecto sería una culminación, pues como nos dijo, “para que eso suceda yo tendría como director dominar muchísimas cosas que están alrededor, desde diseño de arte, música, la historia, obviamente, y la narrativa, el storytelling, la fotografía, el diseño de producción, logística, administrar gastos. Es decir, creo que ese producto como tal me llevaría a, digámoslo así, como graduarme de todo lo que trabajo en el día a día”.
Pero al mismo tiempo sería una nueva puerta para seguir creando, contando historias y mostrándole al mundo su perspectiva de las cosas, “sé que voy en el camino correcto y sé que lo voy a lograr”.
La labor de Román, podríamos decir es crear narrativas que emocionen, que hablen por sí mismas, que traspasen a las personas. En un tiempo donde las redes sociales privilegian lo efímero, él apuesta por la permanencia, por las emociones duraderas. Sin duda alguna, una buena foto o video es el que te hace sentir.
Y esa intención se nota en cada proyecto que toma. Nos recuerda que no sólo se trata de llegar lejos, sino de mirar profundo. Que una buena historia no necesita grandes efectos, sino una verdad que la sustente.
“Vivimos en un mundo en donde tienes información para hacer lo que tú quieras, simplemente es que realmente lo desees y que realmente lo quieras”, concluyó.
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