Rita la pizza Fritta

El ritual de la pizza frita, un pedazo de Nápoles en la Condesa

Cruzas las puertas de Zamora 31, en la Condesa, y desde el primer instante una cocina abierta, una energía desenfadada, el aroma tentador del aceite que chisporrotea, sabes que estás a punto de descubrir algo único. En Rita La Pizza Fritta, la pizza no se hornea: se fríe con precisión napolitana, y cada mordida es una invitación a adentrarte en un ritual ancestral reinterpretado con técnica contemporánea.

La alquimia de una masa perfecta

Aquí no hay atajos: la masa se prepara con harina importada de Nápoles, fermentada durante 48 horas en frío, lo que le confiere ligereza, elasticidad y un sabor profundo inigualable. Luego, se fríe en una friggitrice artesanal (directamente desde Nápoles) usando aceite de caña de azúcar fermentada Zero Acre, libre de impurezas industriales, lo que genera un acabado crujiente por fuera y suave por dentro, casi etéreo.

La experiencia va más allá de la técnica: cada receta despierta algo familiar y sorprendente al mismo tiempo. La Montanara Luigi, salame calabrese, jalapeño, mozzarella y hongos es una explosión de texturas y contrastes. Que tal La Domenico Festa, con salame calabrese, ricotta y tomates pelati, es un abrazo cálido y reconfortante. Si prefieres algo aún más innovador, la Pizza Fritta rellena en forma de cornetto promete una explosión de sabor en cada bocado.

Ritmo, ambiente y compañía

El entorno acompaña ese festín: música electro suave, una terraza iluminada y acogedora, y un diseño minimalista que invita a quedarse. Mientras esperas, puedes ver al pizzaiolo trabajar su magia, transformando la masa en arte frente a tus ojos. El chef Luis Delgado, formado en Nueva York y perfecto conocedor del oficio, combina pasión y hospitalidad en cada recomendación.

La barra, las mesas al aire libre y el salón interior ofrecen diferentes atmósferas para cada momento: una cita íntima, un after office relajado o una sobremesa en buena compañía. Todo envuelto en un ambiente informal y vibrante.

Lo que sigue después del primer bocado

Entre copa de vino (válgame tanto vino italiano como mexicano cuidadosamente curado) o un spritz (Aperol, Limoncello, Cynar), te das cuenta de que cada detalle converge en una experiencia sin pretensiones, pero profundamente memorable. Las costillas al romero, la ensalada de coles de Bruselas con piñones o la pannacotta con cardamomo, azafrán y pistachos suman momentos de asombro y deleite continuos.

Si alguien te contara que justo ahí, entre luces tenues y una cocina a la vista, encontrarías la esencia de Nápoles transformada en pizza frita, podrías pensar que exagera. 

Tragos Rita

Pero Rita La Pizza Fritta lo logra: ese crujido rendido al contacto con tus dedos, el interior que se deshace, el relleno que canta en textura y sabor… todo converge para enamorar. Al final, sales con el deseo de regresar pronto, sabiendo que ese antojo ese pequeño gran antojo ya se convirtió en una necesidad.

Recuerda que Verest Magazine también está en redes sociales.

¡Disfruta más Experiencias Verest!

La historia de la ingeniería en tres calzados con diseño único