La ciudad de plata, Taxco de Alarcón, Guerrero

La historia de mis viajes ha sido una experiencia meramente fortuita; entre los viajes de trabajo y placer, he tenido la oportunidad de conocer distintos sitios y rincones de nuestro México que son simplemente icónicos, no sólo por su riqueza natural, sino también por su historia, tal es el caso de la ciudad de Taxco.

Entre sus atractivos se encuentran sus edificios pintados de un bello color blanco que deslumbra a todo aquel que le visita. Recuerdo de quienes le han visitado y explorado. Cofre del tesoro de aquellos amantes del misterio y la comida deliciosa.

Comencemos la travesía

Esta hermosa ciudad de Taxco se ubica a tan sólo 2 horas con 45 minutos de la capital mexicana, por lo que no es un destino al que tome mucho tiempo llegar. Al menos en mi primera visita tuve el privilegio de tomar una salida muy temprana a este destino. Llegué alrededor de las 8:30 am, por lo que las opciones de entretenimiento se limitaban -por el momento- a la alberca del hotel en el que me hospedé. Fue necesario esperar un poco más para empezar a recorrer sus calles en las que los “vochos” blancos te llevan a cualquier lugar; el aroma de la comida inunda su atmósfera y abundan los puestos en que se venden productos de plata al por mayor.

Y es que la actividad minera de la región no comenzó con la conquista española, sino en la época prehispánica en que esta se realizaba con otros métodos, muchos de ellos en desuso, pero que desde entonces colocaban a esta ciudad como destino perfecto para la compra, venta y producción de tan preciado metal. Además, dada la región en que se encuentra, es muy común que se sirva un poco de mezcal para acompañar la comida, así como un licor de color violeta y sabor delicioso elaborado con flores de bugambilia.

Tierra de todos

Cada vez que visitamos uno de estos sitios estamos pisando la misma tierra que muchos otros ya han recorrido, por lo que es preciso detenerse cada tanto y contemplar el camino que pisaron aquellos cuyo último suspiro los ha llevado al otro mundo. Lejos de nosotros, así de aquellos espacios en que la vida ha sido mucho más que bella. Seguramente te preguntarás el porqué de esta explicación y es muy simple. ¿Sabías que Alexander Von Humboldt se hospedó en este rinconcito al sur de la CDMX?

Resulta que el naturalista alemán se encontraba de viaje de expedición por el continente americano, así que su estancia fue sumamente breve, pero famosa, sin duda. En ese viaje el alemán dedicó su tiempo a visitar distintas ciudades de la Nueva España, en aquel entonces. Dicho viaje dio como resultado la medición de algunos de los volcanes más altos del territorio mexicano, así como una anécdota que resguardar en el edificio que actualmente alberga al Museo de Arte Virreinal de Taxco, también llamado Casa Humboldt.

Cuando salí de este edificio me encontraba hambriento y deseoso de conocer la capilla de Santa Prisca, espacio en que reposa una virgen de plata de más de 20 kg de peso que cobija a todos los fieles católicos de la región. Su fe es tal, que la fiesta de Semana Santa es una de las más populares dado su nivel de tradición y las representaciones vivas de flagelaciones con que los fieles expían sus pecados en la fiesta. Mística y antigua es la costumbre; fervientes son sus fieles. Ricas son sus calles, y mucho más su comida. Taxco de Alarcón.

Si deseas visitar este destino, en Verest Magazine te recomendamos también el hotel perfecto en esta ciudad, pero esa, es otra historia.

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