Sal e Brasa

La flama brasileña que arde en la Roma

Hay lugares que, como un secreto bien guardado, deciden revelarse en un nuevo rincón, expandiendo su encanto. Así sucede con Sal E Brasa, la reconocida casa de carnes al estilo rodizio, que ahora abre sus puertas en la Roma. Su nueva sucursal se encuentra en San Luis Potosí 134, en el corazón mismo de una de las colonias con un pulso excepcional en la ciudad. Es una invitación a un festín.

Luego del éxito de sus primeras dos sucursales, con cientos de miles de comensales satisfechos, Sal E Brasa mantiene su fórmula distintiva. Cortes servidos directamente al espeto, guarniciones caseras que saben a hogar, y un ambiente cálido que prioriza el apetito sobre la pose. Es un oasis para el sabor.

El ritual del fuego: Cortes que danzan a tu mesa

El ambiente de Sal E Brasa transmite una calidez envolvente, una sensación de bienvenida. Los espacios son amplios e instagrameables, donde los meseros parecen coordinados como engranes de reloj. Pasean por todas las mesas, siempre atentos y bien coordinados, clave para un flujo constante.

Las bebidas también son un punto fuerte, con caipiriñas servidas con generosidad, además de refrescantes sabores como frutos rojos, mango o maracuyá, un deleite para el paladar. Una buena selección de vinos acompaña los cortes, o elige cervezas de diversas marcas.

Para abrir apetito puedes comenzar por la barra de ensaladas o tal vez carne en su jugo, bisque de langosta o ostiones frescos en su concha. También encuentras ceviches, aguachiles, embutidos artesanales, ensaladas variadas, frutas y postres. Estos antojos, por sí solos, ya justifican la visita, un verdadero despliegue.

Pero los reyes del lugar son sus cortes selectos como picaña, sirloin, cowboy, rib eye y arrachera. Todos ellos son importados de Estados Unidos, garantizando una calidad superior. Para los amantes del mar, el menú incluye pulpo a las brasas, camarones a la diabla y ostras provenientes de las costas de Guatemala. Esto es un reconocimiento a la excelencia de sus productos marinos, un detalle de distinción.

Un diálogo entre culturas: Brasil en cada bocado chilango

El reloj de los meseros no conoce pausas, manteniendo una cadencia perfecta, un ballet culinario. Los cortes llegan sin cese, cada uno desprendiendo un aroma que anticipa su sabor. El personal, con gestos de cortesía y un conocimiento que se agradece, explica la singularidad de cada especialidad. Es un acto de hospitalidad que fluye con naturalidad, una narrativa que se construye en cada plato. «Esta apertura en la Roma, más que un paso, es una resonancia natural con el entorno», comenta Pedro Cotto, director general del Grupo. «Buscábamos una zona que valora la autenticidad, un espacio que exige no solo calidad, sino una historia en cada experiencia».

El menú se mantiene fiel al concepto original, con algunos guiños al interiorismo en tendencia. El servicio está afinado al ritmo de la colonia, una armonía perfecta. La llegada a la Roma representa una nueva etapa para la marca. Busca consolidarse no solo como restaurante, sino como una experiencia cultural brasileña en diálogo constante con el paladar chilango. Es un encuentro de sabores y almas.

Dirección: San Luis Potosí 134, Roma Norte, CDMX

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