Colorado a una milla de altura: un otoño de brujas y cocteles -

Miren, les tenemos que contar algo. A veces uno viaja buscando la postal perfecta y termina encontrando una ciudad que te agarra desprevenido, justo cuando menos lo esperas. Eso me pasó en Denver, apenas la pisamos en otoño y sentimos el aire fresco cargado de ese mood de celebración que te hace querer unirte a la parranda.

La cosa es que en la «Ciudad a Una Milla de Altura», Halloween no es solo una noche; es una temporada entera de sorpresas que va más allá de un simple disfraz. Les prometo que esta ciudad se transforma por completo, montando un escenario teatral para cualquier nivel de entusiasmo, desde el que ama el terror hasta el que solo quiere ver calabazas bonitas.

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Sin miedo a la oscuridad: el terror de leyenda y los brindis

Si son de esos que disfrutan sentir la adrenalina subiendo a tope, Denver tiene armadas unas experiencias que son de otro nivel, de esas que luego cuentas con una risa nerviosa. Aquí la adrenalina tiene su domicilio oficial en las casas embrujadas que son verdaderas instituciones del horror, como la legendaria The Frightmare Compound. Es un laberinto que te exige tener los ojos bien abiertos, donde cada pasillo oscuro esconde un susto que te llega hasta el tuétano de los huesos.

Y ni qué decir de la 13th Floor Haunted House, que es como meterse en una película de Hollywood con zombis y vampiros incluidos en el guion. Pero si el susto es demasiado, la solución perfecta la encontramos con el Golden Ghosts & Spirits Haunted Pub Crawl. Es una fórmula maestra: historias de fantasmas narradas mientras recorres bares históricos, cerrando con esa energía única de los Halloween Bar Crawls de la ciudad.

El otro lado del misterio: jardines, linternas y el glamour gótico

Denver nos enseñó que la belleza y el misterio pueden ir de la mano, creando ambientes que son pura fantasía visual. Tienen que darse una vuelta por el Glow at the Gardens en el Denver Botanic Gardens, porque es un espectáculo que te envuelve en una atmósfera mágica. Miles de calabazas talladas se iluminan y convierten el jardín en un paisaje sacado de un cuento, con música que te acompaña en cada paso.

Si esto les gusta, el Magic of the Jack O’Lanterns en Hudson Gardens es su siguiente destino, donde las linternas vegetales dibujan dragones y figuras épicas bajo el cielo nocturno. Y para un plan más dark y sofisticado, Denver saca a relucir su lado artístico. Ahí está el cabaret temático BOO-lesque, que combina el misterio con un humor macabro, o la proyección de cine mudo con órgano en vivo en el Paramount Theatre. Es un viaje elegante al pasado, perfecto para quienes amamos esa estética vintage del terror.

El plan completo: diversión para todos y el gran palacio de la fiesta

La verdad es que en Denver nadie se queda fuera de la celebración, ni los más pequeños ni los que prefieren el ambiente relajado. Si andan en plan familiar, el Fright Fest de Elitch Gardens es un hit, un parque temático que se sabe dividir: dulzura infantil de día y sustos controlados al caer la noche. Pero si quieren un paseo con historia, tienen que caminar por el Cheesman Park Ghost Tour, que te cuenta todas las leyendas urbanas que se esconden en lo que fue un antiguo cementerio.

Y para la gran noche, el Paranormal Palace es el evento que lo tiene todo, transformando un hotel entero en un palacio de baile embrujado con DJs y concursos de disfraces épicos. Además, allí mismo mezclan la tradición de Halloween con la fiesta del Día de Muertos. Así es Denver, una ciudad que toma una tradición y la convierte en una aventura inolvidable.

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